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Tras los atentados, los “halcones” aprovechan

A diferencia de enero, cuando se impuso la unidad nacional en todo el país tras el ataque a la revista satírica "Charlie Hebdo", hoy afloran las críticas contra la gestión de Hollande,

Esta vez es la guerra y no solo la guerra contra el grupo Estado Islámico (EI). La unidad nacional que había sido tan espectacular durante los hechos de enero pasado [a raíz del atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo, que dejó 12 muertos, entre ellos su director, N. de la T.] no es la misma hoy. Marine Le Pen ataca, Nicolas Sarkozy critica, François Hollande intenta resistir. Como si la elección presidencial de 2017 estuviera en juego hoy, en torno de los actos de barbarie del viernes por la noche en París y en Seine-Saint-Denis que dejaron 129 muertos y 352 heridos, de los cuales 99 se encuentran en estado crítico.

El presidente de la República, François Hollande, reaccionó muy rápido y muy solemnemente como lo hizo el 8 de enero tras los ataques contra Charlie Hebdo, con palabras compasivas y llamados a mantener la sangre fría. Pero muy pronto comprendió que el escenario había cambiado.

Esta vez, no habrá una marcha masiva en París y en las ciudades del interior, ni cuatro millones de ciudadanos en las calles para defender el espíritu de los Iluministas con el presidente de la República al frente del cortejo como un rey mago, flanqueado de 44 líderes extranjeros.

El estado de emergencia fue proclamado porque el país está en guerra, profundamente herido y desestabilizado por ataques terroristas multiformes conducidos por kamikazes que ya no tiran como en enero sobre blancos precisos sino que atacan ahora ciegamente al "París popular", como destaca Anne Hidalgo, la alcalde de la capital.

Y forzosamente, el Ejecutivo se encuentra en el banquillo. En los últimos meses adoptó una serie de disposiciones para fortalecer los servicios de información y reforzar la seguridad, pero en lugar de dramatizar la amenaza terrorista después de los hechos de enero, alentó el retorno a la normalidad negándose a poner el país bajo tensión. Cuando el 17 de enero en Tulle el jefe de Estado llamó a los franceses a "aprovechar las baratas para consumir" y ayudar a repartir el crecimiento, apostó precisamente a la desdramatización a riesgo de dar la impresión de que no haber visto venir el golpe.

Y es precisamente bajo este ángulo que ataca Nicolas Sarkozy, ignorando la tradición de unión nacional que rodea habitualmente tragedias de esta magnitud. Desmarcándose de sus competidores en las primarias Alain Juppé y François Fillon, que son también ex primeros ministros, el ex presidente conservador y líder de la oposición atacó desde la mañana del sábado reclamando "inflexiones mayores" en materia de seguridad interna y de política exterior.

El líder de la Unión por un Movimiento Popular le reprochó a Hollande no haber dimensionado "la extrema gravedad de la situación", reclamó "medidas excepcionales" como la detención preventiva de presuntos yihadistas y reiteró sus críticas contra la política de Hollande en Siria. "Hay que facilitar las condiciones para crear un ejército de liberación de Siria, apoyarse en los vecinos, dialogar con Rusia y Putin", había dicho en septiembre en una entrevista con el diario Le Parisien.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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