Luego de un mes de violencia, israelíes y palestinos siguen inmersos en la peor escalada desde la guerra de Gaza en julio-agosto de 2014, sin que por el momento los esfuerzos internacionales hayan conseguido frenar lo que algunos describen como la "Intifada de Jerusalén", en alusión a anteriores rebeliones de palestinos contra la ocupación israelí en Cisjordania.
Desde el 1 de octubre han muerto 73 palestinos, al menos la mitad atacantes o supuestos atacantes de israelíes, y el número de heridos supera los 2 mil 240, de ellos unos 2 mil por heridas de balas y balas de goma disparadas por el ejército en las incesantes protestas que se han sucedido en Cisjordania, Jerusalén Este y Gaza, según datos del ministerio de Sanidad en Ramala.
Del lado israelí, el balance de muertos suma 10 personas, junto a un emigrante eritreo y un atacante árabe-israelí. Los heridos superan los 140, según el servicio de emergencia Maguen David Adom (la Cruz Roja local).
Tres ataques registrados ayer en el norte del territorio ocupado de Cisjordania y las ciudades israelíes de Rishón Letzión y Natania son el crudo recuerdo de que la calma aún sigue distante, y que el número de muertos y heridos sigue en aumento día tras día.
En el primer hecho de la jornada, un palestino murió abatido por soldados israelíes en el paso fronterizo de Yalame, en el extremo norte de Cisjordania, cuando según el ejército intentó apuñalar a un soldado con un acompañante que fue detenido.
Los otros dos sucesos dejaron cuatro israelíes heridos, tres de ellos graves, en sendos apuñalamientos que dos palestinos cometieron en centros urbanos al sur y al norte de Tel Aviv. En ambos casos los atacantes eran residentes de los territorios palestinos ocupados por Israel desde 1967, el primero de Hebrón y el segundo de Tulkarem, aunque la policía no informó si se encontraban en Israel con permiso de trabajo.
Más de 150 mil palestinos trabajaban en Israel hasta el 1 de octubre con autorización y sin ella, aunque su acceso fue restringido a raíz de la ola de violencia que tuvo sus primeros destellos en septiembre con una serie de choques entre manifestantes palestinos y la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén. El control por la Explanada ha sido uno de los nudos del conflicto.
Los palestinos acusan a Israel de querer cambiar el statu quo de ese lugar sagrado del islam, mientras el líder israelí, Benjamín Netanyahu, lo niega.
De una u otra forma, son cada vez más los palestinos que describen la escalada como la "Intifada de Jerusalén", en recuerdo del primer levantamiento contra la ocupación, en 1987-1993 en Cisjordania y la Franja de Gaza, llamada "Guerra de las piedras" y la contra, la "Intifada de Al-Aqsa", en Jerusalén, de 2000 a 2005.