Los tres principales candidatos presidenciales argentinos cerraron el jueves sus campañas con el oficialista Daniel Scioli prometiendo mayores salarios a trabajadores de clase media, mientras que sus rivales Mauricio Macri y Sergio Massa llamaron a poner fin al gobernante kirchnerismo y asegurar el balotaje.
El último día de la campaña los seis aspirantes a la Casa Rosada -sede de gobierno- se despidieron pidiendo a sus seguidores asegurar el voto, aunque la elección del domingo se centra en Scioli, que puntea como favorito, el conservador Macri de segundo y el centroderechista Massa en tercer lugar.
El candidato por el gobernante Frente para la Victoria, Daniel Scioli, cerró su campaña en el estadio Luna Park de Buenos Aires, donde unos diez mil militantes colmaron el ambiente, más peronista que kirchnerista, y otros miles, venidos en un centenar de ómnibus, quedaron fuera.
La mística de los bombos peronistas cedió por unos minutos su lugar a la voz del cantante venezolano Ricardo Montaner, quien cantó el "Himno de la victoria", que compuso especialmente para su "amigo" Scioli.
"Humildemente, vengo a ofrecerle al pueblo argentino toda la responsabilidad, previsibilidad, confianza y tranquilidad. Vayan el próximo domingo a buscar el verdadero útil en favor de Argentina con el Frente para la Victoria, que ha hecho resurgir a la Argentina", dijo Scioli, favorito en las encuestas.
Con Ricardo Montaner en el escenario del estadio Luna Park de Buenos Aires, Scioli y su pareja Karina Rabolini, tararearon encantados los dos temas que interpretó el artista, declarado opositor al chavismo, "Yo creo en tí" a "Himno de la Victoria".
Como un golpe de efecto fue recibida la promesa de ampliar la exención en el impuesto a los salarios de trabajadores y jubilados, para quienes ganen menos del equivalente a tres mil dólares, lo que beneficiará a más de medio millón de personas. Dicho tributo ha generado malestar en las clases medias trabajadoras.
"Vamos a modificar el impuesto a las Ganancias. Un trabajador o jubilado que gane menos de 30 mil pesos netos de bolsillo no va a pagar este impuesto", dijo ante un estadio colmado de seguidores. La presidenta peronista de centroizquierda Cristina Kirchner se niega a reformar el impuesto.
Hasta ahora, el impuesto que ha motivado al menos dos huelgas generales de protesta en el último año, afecta a quienes ganan más de 15 mil pesos (1,500 dólares).
"Pertenezco a un gran partido nacional, una fuerza federal y popular. Desde mi identidad, como peronista, los convoco a todos, porque voy a gobernar para todos", prometió el postulante, que ocupó la vicepresidencia durante el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007).
"Hoy todos los espacios políticos cerramos la campaña y terminamos de hablar. Que el domingo hablen las urnas. Estoy seguro de que los trabajadores y los jóvenes van a definir esta elección el próximo domingo", sostuvo Scioli.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires agradeció a la presidenta argentina, Cristina Fernández, quien concluirá su segundo mandato el próximo 10 de diciembre y que estuvo ausente en el acto de cierre, por dejar un país "ordenado, desendeudado y con paz social".
En la palabra lo precedió su candidato a vicepresidente, Carlos Zannini, actual secretario de Legal y Técnica de la Presidencia argentina, quien aseguró que no existe "nada que pueda hacer revertir la tendencia" hacia el triunfo del oficialismo y que en la oposición "no tienen de dónde rascar votos".
El contrincante derechista de Scioli, Mauricio Macri, de 56 años, empresario de derecha y alcalde saliente de Buenos Aires, despidió su campaña en Córdoba, a 700 km al noroeste de la capital: "Estamos a horas, a días, de cambiar la historia con nuestro voto", dijo en un discurso corto entre los globos de colores que han simbolizado su carrera por la presidencia.
"A quienes eligieron otra opción antes, les pido con humildad, con responsabilidad que nos acompañen", dijo imitando el "Sí se puede", del presidente estadunidense Barak Obama y tras asegurar que el domingo, si no ganan, serán los elegidos del balotaje, previsto para el 22 de noviembre.
"Acá estamos nosotros para decirles que se puede construir la Argentina que soñamos", dijo el candidato conservador desde el centro del estadio Orfeo. El "fin de las divisiones", de las "cadenas nacionales" y los "enemigos y las peleas sin sentidos" fue uno de los "compromisos" que, según Macri, tendrán prioridad en una eventual presidencia suya, en lo que ensayó como un contraste con el estilo kirchnerista.
"Yo me comprometo a unir a los argentinos. Ya son demasiados años que hemos probado enfrentados. Ya es hora de que probemos juntos", añadió.
Massa, candidato peronista de centroderecha del Frente Renovador, aseguró que están "abriendo las puertas del balotaje para este domingo", dijo a sus seguidores en el Museo de Arte del Tigre, 30 km al norte de la capital, su bastión donde ha sido alcalde. Ahora es diputado nacional.
Allí, Massa se presentó sobre el escenario, primero sentado en un sofá, junto a su esposa e hijos, y luego, a la hora de hacer su discurso, reingresó al ritmo de "Back in black", de AC/DC.
"Si nos ayudan, el domingo nos ponen en el 'ballottage'. Y si nos ponen el 'ballottage' tengan la seguridad de que damos una vuelta en la página de la historia y se termina el kirchnerismo en Argentina", confiado en llegar a una segunda vuelta electoral, el 22 de noviembre.
Todos en plena forma física, casados con mujeres atractivas e independientes, criados en hogares acomodados, no es fácil diferenciar a Scioli, Macri y Massa en el plano político.
En los tres casos plantean modelos económicos que están más a la derecha del modelo kirchnerista de los últimos 12 años en la tercera economía de América Latina, que privilegió un capitalismo con fuerte control del Estado y políticas de ayudas sociales en un país con 40 millones de habitantes.
"No son tan claras las diferencias entre ellos, son muy parecidos", dijo Mariel Fornoni, directora de la consultora Management & Fit (M&F) en un encuentro con la prensa extranjera.
Scioli, de 58 años, candidato del partido de Kirchner, Frente para la Victoria (FPV), el favorito según sondeos, anunció en el último tramo de la campaña buena parte de su eventual gabinete en una estrategia por mostrarse como un candidato "sin sorpresas".
En las calles cuesta sentir el fervor de una campaña presidencial que se acaba y cuando se inicia un capítulo sin un Kirchner en el poder. El período lo inició el fallecido Néstor Kirchner (2003-2007)
Macri, empresario y líder de la alianza Cambiemos, se esforzó por remarcar un mensaje "de cambio, diversidad y unión" que rompa con la "división del kirchnerismo", prometió.
Massa, un ex ministro de Kirchner que saltó a la oposición en 2013, hizo de la seguridad y la lucha contra el narcotráfico los caballitos principales de su campaña, en la que resultó golpeado por el abandono a último momento de varios aliados que saltaron a las filas del oficialista Scioli.
También hoy cerraron sus campañas el postulante del frente de Izquierda, Nicolás del Caño, con un acto en una transitada esquina de Buenos Aires; la aspirante del frente de centroizquierda Progresistas, Margarita Stolbizer, que se presentó en una sala teatral de la capital argentina; y el candidato por Compromiso Federal (peronismo disidente), Adolfo Rodríguez Saá, que tuvo un encuentro con jóvenes en Mendoza (oeste).
Según la ley electoral en Argentina, será consagrado vencedor quien obtenga más de 45% de los votos o al menos 40% con una diferencia de diez puntos respecto al segundo.
Argentina ingresará en la mañana de este viernes en período de reflexión para los comicios del domingo, cuando 32 millones de personas deberán acudir a las urnas para elegir presidente y vicepresidente, gobernadores gobernador y vicegobernador, diputados y alcaldes, en once provincias, y renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado, además de votar por primera vez a los parlamentarios del Mercosur.
Todo se elegirá en una única papeleta, lo que permite vaticinar un lento escrutinio.