El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, ordenó la semana pasada revisar los teléfonos de empleados de la residencia presidencial para evitar filtraciones, informaron varios medios estadunidenses.
Según la cadena CNN, Spicer convocó a los empleados en su oficina para trasmitirles su frustración por las filtraciones que se han producido desde que el presidente de EU, Donald Trump, llegó al poder el pasado 20 de enero.
Los trabajadores fueron convocados a una "reunión de emergencia", aseguraron al diario Politico fuentes presentes en la sala, al precisar que tuvieron que dejar sus aparatos en una mesa para un "chequeo".
Spicer advirtió a los presentes de que el uso de apps de texto codificado, como Signal o Confide, supone una violación de la ley, de acuerdo con la CNN, que cita "fuentes con conocimiento del asunto".
Después, Spicer, acompañado del abogado de la Casa Blanca, Don McGahn, pidió a los empleados que facilitaran sus teléfonos para comprobar que ni usaban las citadas aplicaciones ni estaban en contacto con periodistas de manera privada. El portavoz no solo requirió los teléfonos de trabajo, sino también los personales.
Ayer, Trump, en una cena que reunió a 46 gobernadores que aceptaron su invitación, dijo que "Puedo decir que, tras cuatro semanas, esto ha sido muy divertido", comenzó diciendo Trump. "Hemos logrado casi todo lo que nos habíamos propuesto.
En plena noche de los premios Oscar, el primer Baile de los Gobernadores fue visto como un intento por competir con los galardones de la Academia de cine de EU.