Reporteros sin Fronteras fustiga a Pekín por prensa

En un artículo publicado en el diario ‘Le Monde’, el autor, miembro de la organización civil francesa de periodistas, critica por “antidemocrática” la estrategia de China de buscar crear un “nuevo orden mundial de los medios”

Este miércoles, el congreso del Partido Comunista chino (PCC) renovará por cinco años el mandato del presidente Xi Jinping e integrará su doctrina del "sueño chino" en la Constitución de la República Popular.

El "nuevo timonel" chino se muestra como el enemigo de la democracia constitucional, de los valores universales, de los derechos humanos, de la sociedad civil y de la libertad de prensa.

¿El rol del periodismo para él? En 2016, durante una visita de inspección de los medios audiovisuales del Estado, Xi llamó a los periodistas a ser los repetidores de la "propaganda del partido" y los llamó a "amarla, protegerla y seguir fielmente su dirección en pensamiento, en política y en actos".

En ese país que ocupa el lugar 176 sobre 180 en la lista 2017 de la libertad de prensa publicado por Reporteros sin Fronteras (RSF), decenas de periodistas y blogueros están presos por haber resistido las órdenes del departamento de propaganda del comité central del PCC.

Un sistema de censura tecnológica, la "gran muralla numérica", mantiene a sus 750 millones de internautas al margen del mundo. Pese al artículo 35 de la Constitución garantiza "la libertad de palabra y de prensa", el premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, que reclamaba precisamente esas libertades, pagó esta audacia con su vida, al morir —en julio pasado de un cáncer al hígado— privado de ellas y preso.

Controlar la información al interior del país no es, sin embargo, el único objetivo del partido. En realidad, China busca establecer un "nuevo orden mundial de los medios". El presidente de la agencia oficial Xinhua, Li Congjun, explicitó la estrategia china desde 2011. El alto funcionario, que desde entonces se unió al comité central del Partido, criticó el orden mundial obsoleto en el cual la información circula "de Oeste a Este, del Norte hacia el Sur, y de los países desarrollados hacia los países en desarrollo". Tras apoyarse en una recomendación emitida por la Unesco en 1980, reclamó que los medios del mundo se conviertan en "una fuerza activa de promoción del progreso social". Un progreso, claro está, según las "características chinas".

En 2009, las autoridades de Pekín crearon el World Media Summit, llamado por algunos los "Juegos Olímpicos de los Medios", concebido, organizado y financiado por la agencia Xinhua. En 2014, China también lanzó la Conferencia Mundial de Internet, donde miles de empresarios de un centenar de países desfilan cada año. China misma ha pedido ser candidato a la dirección general de la Unesco encargada de los asuntos de prensa.

Pekín aspira a influenciar el campo de la información más allá de sus fronteras. La Universidad de Comunicación de China (CUC) trabaja con el gobierno del nacionalista indio Narendra Modi para abrir una "universidad de periodismo" en India. En la misma línea, China gasta importantes sumas para invitar a periodistas africanos, latinoamericanos, asiáticos o de Oceanía para que "formen su espíritu crítico" en Pekín.

Cuando China otorga a cuentagotas las acreditaciones para los reporteros extranjeros, la agencia Xinhua considera por su parte la apertura de 200 oficinas en todo el mundo de aquí a 2020.

Xinhua es particularmente apreciada por los autócratas en razón de su política de "no injerencia" en los asuntos internos de los países que ella cubre. Y mientras que los medios internacionales como TV5, VOA o la BBC están prohibidos en China al margen de los hoteles de lujo, el grupo China Global Television Network (CGTN, ex CCTV) ofrece sus programas a 85 millones de teleespectadpres en más de 100 países con cadenas en inglés, español, francés, árabe y ruso.

Por último, China exporta sus instrumentos de censura y de vigilancia. El primer motor de búsqueda chino, Baidu, fue lanzado en Brasil en 2014 en una versión portuguesa llamada Busca. Los contenidos "sensibles" según los criterios de Pekín estaban claramente filtrados. Ante las protestas, la censura fue levantada.

China también intenta desarrollar en el mundo su mensajería instantánea no encriptada, donde todos los datos son accesibles, incluso el detalle de las conversaciones.

Así, en todos los campos de la información, China intenta poco a poco imponer su contramodelo al resto del mundo. Si las democracias no se resisten, no solo China no estará nunca en capacidad de instaurar la libertad de prensa, sino que cerrará poco a poco su tapa sobre el resto del mundo. De ahí la importancia de cambiar a China antes de que ella nos cambie a nosotros.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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