Los socorristas rescataron vivo hoy a un adolescente de 15 años y a una mujer de entre los escombros de Katmandú, cinco días después del terremoto en Nepal mientras el balance de muertos sigue subiendo de manera inexorable y supera ya los seis mil. La ONU da por seguro que esta cifra aumentará aún considerablemente una vez se llegue a las zonas rurales del país, algo que cinco días después del terremoto considera "esencial".
El rescate de Pemba Tamang, que sobrevivió bebiendo mantequilla clarificada ("ghee") fue recibido entre aplausos por la multitud reunida ante los escombros del hostal Hilton Guesthouse, en el area capitalina de Gongabu, donde el chico trabajaba y donde quedó apresado. "No creía que fuera a salir vivo", aseguró a la AFP.
Pocas horas después, los socorristas sacaron a una segunda superviviente atrapada entre las ruinas de un edificio en la capital nepalí, tras diez horas de rescate. Ambos descubrimientos supusieron un rayo de esperanza en el sombrío panorama en Nepal, donde los socorristas aún no han logrado llegar a numerosas localidades afectadas por el terremoto del pasado sábado.
Desde el hospital de campaña en el que se encuentra en observación, el joven de quince años contó que estaba desayunando cerca de la recepción de la casa de huéspedes, cuando el suelo empezó a temblar. "Intenté correr, pero algo me dio en la cabeza y perdí la conciencia durante no sé cuánto tiempo", afirmó.
"Cuando desperté, estaba atrapado entre los escombros y todo estaba negro. Oí otras voces gritar pidiendo ayuda alrededor de mí y me sentí impotente", explicó. Una portavoz de la organización israelí de salvamento se mostraba asombrada: "Ha pasado 120 horas bajo los escombros. Nosotros no habíamos oído hablar jamás de nadie que hubiera sobrevivido tanto tiempo", dijo Libby Weiss a la AFP, considerándolo "un milagro".
La mujer, por su parte, fue localizada gracias a un sistema de escucha de los equipos de salvamento franceses, que detectaron una respiración bajo los escombros. Estaba indemne. Ambos casos han alentado a los socorristas a seguir trabajando para rescatar a supervivientes a pesar de las condiciones extremas y las réplicas.
Aunque gran parte de la población de la capital de Nepal sigue viviendo al raso y alerta, hoy empezaron a verse los primeros signos de un regreso a la normalidad, con la apertura de algunos comercios y la reaparición de los vendedores de frutas y verduras callejeros en la plaza Durbar en ruinas.
A los equipos de rescate se les acaba el tiempo para encontrar milagros en Nepal cinco días después de que un terremoto tumbara como fichas de dominó miles de edificios en los que quedó atrapado un número de gente aún imposible de saber.
En los últimos días, además se han encontrado con vida a varias personas en situaciones inverosímiles, alegrías que han hecho cambiar el semblante en rostros cansados de recibir malas noticias.
Las autoridades nepalíes admitieron estar desbordadas por la magnitud de la catástrofe provocada por el sismo más mortífero de los últimos 80 años. "La catástrofe es tan grande y sin precedentes que no hemos sido capaces de responder a las expectativas de la gente", reconoció el ministro de Comunicaciones, Minendra Rijal.
El coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU y por tanto máximo responsable de articular toda la ayuda internacional que llega al país, indicó que en estos momentos ya "no se trata de quién ha muerto", sino de lo que se puede hacer "con quien sobrevivió".
"Es un momento muy dramático en el que la gente ha perdido sus medios de vida, sus casas, sus seres amados", dijo, afirmando que es importante responder a estos reclamos y "pacificar" a quienes protestan satisfaciendo sus expectativas.
"Esencial" ayudar fuera de Katmandú
"Ahora no hablemos de cifras, solo para planificar, porque las cifras reales solo aparecerán cuando lleguemos a la gente que sufre", afirmó. McGoldrick, afirmó que se necesitarán tres meses para responder a las necesidades de urgencia antes de comenzar las tareas de reconstrucción.
Por el momento las operaciones de rescate no han ido mucho más allá de Katmandú, según la ONU. "Hacemos cuanto podemos para llegar al mayor número de lugares posible", declaró por su parte el portavoz del ejército, Jagdish Pokharel.
El suministro eléctrico en el valle de Katmandú se ha recuperado casi en su totalidad y ya llega al 90 % de los usuarios, pero el miedo a nuevas réplicas o a brotes de epidemias ha empujado a 10,126 vehículos a abandonar Katmandú en las últimas 24 horas, según la Policía nepalí.