El líder y candidato a la presidencia del Partido Socialista Obrero Español, (PSOE), Pedro Sánchez, se comprometió a someterse en dos años a una cuestión de confianza si es elegido presidente del Gobierno tras las elecciones generales del próximo 26 de junio, y prometió implementar de inmediato un plan urgente contra la corrupción.
Así lo dio a conocer ayer, a menos de un mes de las elecciones, durante la presentación del documento de 18 páginas que contiene los “Compromisos del PSOE para un SÍ al gobierno del cambio”. Tras dos sesiones de investidura fallidas, lo que provocó la repetición de los comicios, Sánchez insistió en que en los últimos cinco meses ha demostrado que es “un político que hace lo que dice” y cumple con su palabra.
“Nosotros no vamos a hacer promesas imposibles, ni vamos a mentir a los españoles. Yo voy en serio, nuestros objetivos son ambiciosos, pero realistas, y nuestros compromisos son firmes”, aseguró.
Por eso, afirmó estar dispuesto a someterse a una cuestión de confianza después de dos años de legislatura. “Si soy elegido presidente en dos años me someteré a una cuestión de confianza y demostraré que el PSOE, en efecto, cumple y cumplirá con los objetivos que se ha marcado”, insistió.
Además, reconoció que la corrupción es el gran lastre de España, en referencia a los interminables casos corruptos que se han conocido, sobre todo en el gobernador y conservador Partido Popular (PP), por lo que en caso de ser nombrado jefe del Ejecutivo en un máximo de tres meses echaría a andar un “plan implacable” contra la corrupción, con penas más elevadas y la obligación de los condenados de devolver lo obtenido ilegalmente.
De hecho, reconoció la “desafección ciudadana” hacia la política, sino “irritación y descontento” por el funcionamiento de la democracia y la “desconfianza” hacia los representantes del poder público”. Por ello, el PSOE propone “recuperar la confianza” ciudadana haciéndola partícipe de la acción política fortaleciendo la transparencia, incrementando el control de los recursos públicos y publicitando su destino.
Para conseguirlo, los socialistas proponen cerca de una docena de medidas, entre las que incluyen poner en marcha en el plazo de tres meses un plan de “lucha implacable” contra la corrupción que adopte las medidas necesarias para evitar la repetición de estas conductas, investigue y sancione a los corruptos con penas más elevadas y prohibición de desempeñar cargos públicos.
Sánchez defendió que la única solución posible, de cara al 26-J, es “la socialdemocracia”, frente al PP de los “recortes” y la “intransigencia” de Podemos (extrema izquierda).
“El PSOE se erige como solución al atasco, al bloqueo político”, señaló y pidió a los españoles que “no olviden lo ocurrido en estos últimos cuatro años”, durante la legislatura de Mariano Rajoy, ni tampoco lo que pasó en estos cinco meses de negociaciones fracasadas entre los partidos para elegir presidente.
“Planteamos una propuesta de Gobierno social, dialogante y limpio. Si algo he demostrado es que soy un político que hace lo que dice”, repitió e hizo hincapié en que sus objetivos son “ambiciosos y realistas”, tienen “fecha” y son “compromisos firmes”.
En la anterior campaña, Sánchez no lanzó el compromiso de la cuestión de confianza pero sí lo hizo en el último suspiro de la negociación para formar Gobierno, una vez que Compromís (nacionalistas valencianos) planteó el “Acuerdo del Prado”, que fue desechado casi de inmediato por Podemos y Ciudadanos (centro-derecha).
Entonces, como gesto de acercamiento, el PSOE asumió 27 de las 30 medidas, ofreció un Ejecutivo con independientes y la promesa de que Pedro Sánchez se sometería a una cuestión de confianza a mitad de legislatura, una idea que ya de hecho le habían sugerido los líderes de los dos principales sindicatos del país, Comisiones Obreras (CCOO ) y la Unión General de Trabajadores (UGT).
En tanto que Mariano Rajoy advirtió al PSOE que Podemos le “está mojando la oreja” y a Ciudadanos que si va contra el PP “"se va a quedar en muy poquito”.
Durante un acto de precampaña, recordó que “yo no me he sentado con Podemos como hicieron el PSOE y Ciudadanos, nosotros no nos hemos sentado”, señaló el conservador y aseveró que “al Gobierno no se va a aprender, sino que se va aprendido, y hay mucha gente que habla mucho, que dice mucho pero jamás ha gestionado nada de lo público ni siquiera como concejal”.
A su juicio, el PP “ha demostrado que sabe gobernar, y ha demostrado que con la ayuda de la sociedad española se podía sacar a España de la crisis”, así como que se “podía crear empleo”, y afirmó que va “a crear más empleo en los últimos cuatro años”.
Sondeos no auguran mayorías
Mientras los partidos políticos españoles están a punto de adentrarse en la campaña para las elecciones del 26 de junio y pugnan ya por recabar apoyos, las encuestas auguran que, de nuevo, no habrá mayorías.
La campaña oficial empezará en la medianoche del 9 al 10 de junio y la única diferencia respecto a lo que se vive ahora es que entonces ya se podrá pedir el voto, mientras que ahora es ilegal hacerlo.
Este fin de semana se han publicado diferentes encuestas en varios medios, y hoy el diario conservador ABC difunde otra que hace prever que el resultado no será muy diferente al registrado en los comicios del 20 de diciembre pasado.
Entonces, el PP (centroderecha) tuvo 123 escaños, el PSOE (socialista) noventa; Podemos (izquierda antiausteridad) 69 y Ciudadanos (liberales), cuarenta, por delante de otras pequeñas formaciones nacionalistas y de izquierdas.
En un Congreso en el que la mayoría absoluta está fijada en 176 escaños, el hecho de que fueran necesarios amplios acuerdos impidió un pacto de gobernabilidad entre partidos poco habituados al diálogo y al consenso.
Por eso, los comicios se repetirán dentro de cuatro semanas, en un contexto que los sondeos vaticinan que no diferirá mucho del de hace cinco meses. PP y PSOE podrían bajar ligeramente, mientras los liberales se mantienen, según el sondeo de hoy de ABC, que da una subida de media docena de escaños a la coalición Podemos e IU, aunque ninguno de los bloques tendría mayoría absoluta.
La perspectiva de acuerdos necesarios ya es aceptada por los partidos y, así, el PP propuso hoy al resto de formaciones "dejar atrás las líneas rojas", los "intereses personales" o los "vetos" y centrarse en avanzar.
Es el mensaje que figura en un vídeo de campaña difundido en las redes sociales bajo el lema "A favor", en el que intervienen el presidente del Gobierno en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy, y otros dirigentes. La alusión a las "líneas rojas" tiene que ver con el rechazo que los partidos hicieron de propuestas de otros con los que discrepaban y que al final fueron las que impidieron los pactos.
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, pidió hoy a sus rivales políticos que no pongan el reparto de cargos de gobierno como línea roja porque España no puede volver a paralizarse.
Rivera, que apoyó al socialista Pedro Sánchez en su infructuoso intento de ser jefe del Ejecutivo, se comprometió a negociar un Gobierno "sin que ningún sillón esté por delante de España". Según Rivera, tanto Mariano Rajoy como el líder de Podemos, Pablo Iglesias, están "más preocupados" por los cargos que por cambiar España.