El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, aseguró este miércoles que Washington “no se quedará de brazos cruzados mientras Venezuela se derrumba en dictadura y opresión”.
Sin embargo, al ser preguntado por los periodistas sobre las posibles opciones que la administración de Donald Trump tiene sobre la mesa para continuar aumentando la presión sobre el gobierno de Nicolás Maduro, incluidas la opción militar, Pence evitó ser conciso.
“Como dije en la OEA, hacemos un llamamiento al régimen de Maduro para que restaure las instituciones democráticas, deje de lado esta elección simulada que se avecina en los próximos días, restablezca la democracia en su país y lo abra a la ayuda humanitaria”, agregó el vicepresidente, antes de dar comienzo a un almuerzo de trabajo con representantes del centro de estudios Consejo de las Américas en Washington.
Pence aludió al viaje que realizó el pasado año por la región latinoamericana y aseguró haber conocido “a un puñado” de los dos millones de personas que ya entonces habían huido de Venezuela “debido a necesidades médicas, de privación y de hambre”.
“El presidente Trump está absolutamente comprometido a hacer lo necesario, trabajando con nuestros aliados en la región, para restaurar la democracia en Venezuela”, agregó Pence.
Maduro, electo en 2013 tras la muerte del mandatario Hugo Chávez, aspira a la reelección en las presidenciales del próximo 20 de mayo.
Los comicios, considerados ilegítimos por EU, la Unión Europea y varios países latinoamericanos, se realizarán a pesar del boicot de una parte importante de la oposición venezolana y en medio de una aguda recesión e hiperinflación.
Un millón de personas ingresaron a Colombia desde Venezuela en el último año, en coincidencia con el agravamiento de la crisis del gobierno de Maduro, indicó el director de salud de la Federación Internacional de sociedades de la Cruz Roja y la Media Luna Roja (IFRC), Emanuele Capobianco.
“Hasta la fecha sabemos que aproximadamente un millón de personas ingresaron a Colombia por los puntos migratorios oficiales, y no sabemos cuántos ingresaron por puntos no oficiales de migración”, afirmó en entrevista telefónica en Ginebra, y especificó que este flujo de migrantes se ha dado “desde mediados de 2017”.