El jefe de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, solicitó formalmente al Consejo Permanente convocar una sesión urgente para evaluar la crisis política en Venezuela, conforme al artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana.
En una nota entregada al presidente del Consejo y colocada en el sitio web de la OEA, Almagro dijo que ese artículo de la Carta le atribuye solicitar la sesión para hacer una "apreciación colectiva" de la situación en Venezuela y "adoptar las decisiones que estime conveniente", situación que ocurre cuando en un país se produce "una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático".
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Almagro pide que en esa sesión se consideren " los efectos sobre el orden constitucional democrático de las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela", según la solicitud.
Esto es algo que Almagro ya concluyó sobre Venezuela en su informe del pasado 30 de mayo con el que invocó por primera vez la Carta.
Sin embargo, los países de la OEA todavía no prosiguen con ese proceso gradual abierto por Almagro y, aunque algunos ya hablaron en público de "alteración del orden constitucional" o de "alteración del orden democrático", no lo han sometido a votación.
La Carta Interamericana está invocada pero no se está aplicando todavía, ya que para que se inicie su proceso se necesita que al menos 18 países (la mayoría simple de los 35 Estados miembros) voten que hay esa "alteración" en Venezuela.
Por el momento la única sesión convocada bajo el artículo 20 fue la del pasado 23 de junio, a petición de Almagro, en la que leyó su primer informe crítico sobre Venezuela, que actualizó el 14 de marzo de este año, en el que pidió la suspensión del país si no hay elecciones generales en 30 días.
La suspensión es el último punto del proceso de la Carta Democrática, que requiere 24 votos (dos tercios de los 35 Estados miembros), y por el momento los países de la OEA críticos con Venezuela la consideran "un último recurso" y prefieren agotar la vía diplomática.
Desde ayer, un amplio grupo de países de la OEA negocia la convocatoria de un Consejo Permanente urgente, pero todavía no se han puesto de acuerdo al respecto.
Una de las claves es que si el Consejo no se celebra hoy, en la presidencia de turno dejará de estar Belice y pasará a estar Bolivia, uno de los grandes aliados de Venezuela y que se opone a que la OEA celebre sesiones sobre temas del país sin su consentimiento.
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No obstante, la Presidencia del Consejo es un puesto de carácter protocolario que cambia cada tres meses y, de haber los votos, no podría negarse a que se celebraran aunque sí tratar de retrasar los procesos con mecanismos formales.
Almagro dio el paso formal de pedir un Consejo urgente tras calificar ayer de "auto golpe de estado" la decisión del Tribunal Supremo de Venezuela de sustituir en sus funciones al Parlamento, controlado por la oposición al Gobierno de Nicolás Maduro.
"Aquello que hemos advertido lamentablemente se ha concretado", sentenció el secretario general de la OEA en un comunicado.
AFC