Los líderes de Alemania, Francia, España e Italia abogaron en Versalles por una Unión Europea (UE) que avance a varias velocidades y permita sobrevivir al bloque comunitario en un momento en que se ve debilitado por el brexit y la fuerza de los populismos.
Angela Merkel, François Hollande, Mariano Rajoy y Paolo Gentiloni se mostraron partidarios de diferentes niveles de integración en ámbitos clave para posibilitar que aquellos países que lo deseen puedan “ir más rápido”, en palabras del mandatario francés, sin excluir al resto.
El encuentro de Versalles ofreció así un respaldo formal a una cooperación diferenciada, hipótesis articulada en el tercero de los cinco escenarios posibles propuestos por la Comisión Europea sobre el futuro de la UE.
Aunque este 25 de marzo Roma servirá de marco oficial para el relanzamiento del proyecto europeo, la ciudad francesa de Versalles sirvió ayer para que las cuatro grandes potencias comunitarias sentaran las bases de la visión de la que intentarán convencer al resto.
El encuentro no se clausuró con una declaración conjunta porque se quería evitar la sensación de que una minoría de integrantes de la UE prescribe al resto el camino a seguir, pero sus declaraciones coincidieron en esa necesidad de aceptar distintos ritmos.
En lo que sí quedó de acuerdo a otro nivel la UE fue en dar luz verde a la creación de una célula de planificación y conducción de misiones militares no ejecutivas, el primer paso de cara a un cuartel general comunitario.
El objetivo de esta nueva estructura será mejorar la capacidad de la UE a la hora de reaccionar “con rapidez y de manera más eficaz y constante”, y fomentar mejor coordinación entre activos militares y civiles, indicó ante la prensa en Bruselas la alta representante comunitaria para la Política Exterior, Federica Mogherini. La UE debe seguir debatiendo que los países que lo deseen cooperen más en la defensa comunitaria.
A su turno, la líder alemana, canciller Angela Merkel, tachó de “muy grave” y “triste” que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acusara a su gobierno de emplear “prácticas nazis” y lo culpó de “minimizar” los crímenes contra la humanidad del nacionalsocialismo de Hitler.
Al intervenir un un foro sobre familias, Merkel aseguró que “no es posible justificar” las declaraciones de Erdogan, que, en un nuevo episodio de las diferencias entre Berlín y Ankara, criticó al ejecutivo germano por prohibir varios mítines de dos de sus ministros en Alemania en los últimos días.