Jeb Bush y Marco Rubio están a punto de chocar entre sí. Alguna vez existió cierto respeto mutuo a nivel público, pero eso se ha deteriorado mientras los dos republicanos del estado de Florida —que compiten por la candidatura presidencial republicana— se ven entre sí como la principal amenaza para una ambición noble: Bush, hijo y hermano de ex presidentes, dice representar la esencia del partido; Rubio dice ser el rostro fresco de los republicanos a escala nacional.
De forma rutinaria, Jeb Bush compara los antecedentes de Rubio con los de Barack Obama antes de que el demócrata fuera presidente. El descendiente de cubanos dice que es “hora de dar vuelta a la página”, una referencia que golpea tan duro al largo legado de la familia Bush como a la aspirante demócrata Hillary Rodham Clinton.
De parte de Bush, se percibe una sensación de urgencia en su opinión de que Rubio, en su primer periodo en el Senado, no ha demostrado liderazgo. El ex gobernador de Florida y su equipo también están frustrados de que esta limitante que le atribuyen a Rubio no le haya pesado más ante la opinión pública.
La tensión entre los dos políticos de Florida (sureste) se evidenció el jueves pasado cuando la campaña de Rubio, minutos después de que la organización de Jeb Bush anunciara que reunió 13.4 millones de dólares en el último trimestre, presumió tener más dinero en las manos.
Rubio reportó tener casi 11 millones de dólares en sus arcas comparados con los 10 millones de dólares de Bush, pero no se podrá acceder a alrededor de un millón del dinero de Rubio a menos que gane la candidatura republicana, un detalle que el vocero de la campaña de Bush soltó en Twitter.
“Mentir sobre presupuestos. Supongo que algo se le quedó a Marco del Senado”, Miller tuiteó este viernes.
Ambos aspirantes compiten por muchos de los mismos votantes. Los dos han ganado elecciones estatales en Florida: Bush dos veces, Rubio una.
También ambos se han posicionado entre los hispanos, a quienes los republicanos quieren alejar de los demócratas. Ambos hombres hablan español. Rubio por su origen cubano y Bush por estar casado con una mexicana.
Sin embargo en meses recientes, ambos han sido superados por las campañas del multimillonario Donald Trump y el neurocirujano retirado Ben Carson. Esos contendientes han aprovechado la insatisfacción con el gobierno para ponerse al frente de las encuestas nacionales y estatales cuatro meses antes de que Iowa (medio oeste) arranque con el proceso de la votación hacia las presidenciales de noviembre de 2016.
Marco Rubio es más sutil que Bush al enfatizar las diferencias entre ambos, pero su mensaje es inequívoco.
Recientemente en New Hampshire (noreste), Rubio dijo que las elecciones son una “opción generacional” y que los líderes políticos de ambos partidos están “desfasados”. Rubio tiene 44 años, Bush 62.
“No cambiaremos de dirección si lo único que hacemos es elegir al mismo tipo de personas”, sentenció Rubio en Portsmouth, Nueva Hampshire. “Esta elección no puede ser una de esas elecciones en donde solo subimos al siguiente en la fila, en donde solo votamos por la persona que nos indican los expertos”.