Israel anunció este jueves la suspensión de los permisos de entrada de decenas de miles de palestinos durante el ramadán tras la muerte de cuatro personas en un atentado cometido la víspera en Tel Aviv por dos palestinos.
"Todos los permisos otorgados por el ramadán, en particular los permisos destinados a las visitas familiares [para los palestinos] procedentes de Judea-Samaria quedan congeladas", anunció el COGAT, el organismo de coordinación de las actividades israelíes en los territorios palestinos.
"83.000 permisos quedan congelados", agregó. Judea-Samaria es el nombre que utiliza el gobierno israelí para nombrar Cisjordania ocupada.
Una parte de esos permisos concierne a los palestinos que se trasladan a Jerusalén Este -la parte palestina de Jerusalén ocupada y anexada por Israel- durante el mes sagrado del ayuno musulmán, que comenzó el lunes pasado.
El gobierno israelí decidió también congelar todos los pedidos de permiso de los habitantes de Gaza, un territorio separado geográficamente de Cisjordania ocupada y de Jerusalén por el territorio israelí.
Numerosos habitantes de Gaza solicitan durante el ramadán poder salir de Gaza, un territorio sometido a un estricto bloqueo, para ir a rezar a la explanada de las Mezquitas en Jerusalén Este.
Se trata de las primeras medidas anunciadas tras el atentado cometido el miércoles en Tel Aviv por dos palestinos, que dispararon indiscriminadamente contra clientes de bares y restaurantes de un barrio muy animado, con un balance de cuatro muertos y cinco heridos.
Los dos atacantes fueron detenidos.
Este ataque es el más mortífero cometido por palestinos contra israelíes desde el 1º de octubre pasado, cuando comenzó el actual ciclo de violencia.
Dos palestinos abrieron fuego hacia las 21ha30 (18H30 GMT) en el barrio de Sarona, un conjunto de establecimientos situado muy cerca del ministerio de Defensa y muy frecuentado a esa hora, indicaron la policía y testigos.
"Una locura"
"Estaba sentado, de manera que pude ver al agresor", contó Avraham Liber, un joven de Jerusalén, que tomaba un helado con unos amigos en una terraza. Parecía estar sentado en una silla, se levantó y se puso a disparar contra la gente alrededor suyo, a bocajarro", agregó. "Fue una locura", añadió.
El portavoz de la policía, Micky Rosenfeld, no confirmó por el momento la información según la cual los dos atacantes iban vestidos con chaquetas negras, como los judíos ultraortodoxos.
Uno de los dos atacantes fue detenido sin heridas y el otro habría recibido disparos y se encontraría en un estado grave.
La policía dijo que se trataba de dos primos palestinos del sector de Hebrón, en la Cisjordania ocupada.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, de regresó de una visita a Moscú, acudió al lugar del atentado después de reunirse con el nuevo ministro de Defensa, Avigdor Lieberman.
Netanyahu denunció "un asesinato terrorista cometido a sangre fría", indicó el servicio de prensa del primer ministro. "Habrá acciones intensivas de la policía, del ejército y otros servicios de seguridad, no sólo para capturar a cada cómplice de este asesinato sino también prevenir este tipo de actos", dijo.
Estados Unidos, Francia y la ONU condenaron el atentado.
Israel, Jerusalén y los territorios palestinos viven una ola de violencia que ha costado la vida a 207 palestinos, 28 israelíes, dos estadounidenses, un eritreo y un sudanés desde el 1 de octubre, según un recuento de la AFP.
La mayoría de los palestinos muertos eran autores o presuntos autores de ataques, la mayoría cometidos con cuchillos. Muchos de los atacantes procedían de la zona de Hebrón, en el sur de Cisjordania ocupada.
Este atentado es una primera prueba para Avigdor Lieberman que, pocos días antes de haber asumido el ministerio de Defensa, había acusado al gobierno de debilidad frente a los ataques.