El gobierno de Estados Unidos deploró los "actos de violencia" que sufrieron el jueves en Venezuela varios diputados opositores mientras exigían un referendo para revocar al presidente Nicolás Maduro.
En un comunicado, el vocero del Departamento de Estado, John Kirby, afirmó que Estados Unidos está "profundamente afectado" por esos hechos.
"Estados Unidos condena los actos de violencia dirigidos a intimidar a ciudadanos que ejercen sus derechos democráticos", subrayó el portavoz.
"Instamos a las fuerzas de seguridad del gobierno venezolano a mantener el orden de una manera coherente con la normativa internacional y los compromisos internacionales que conciernen a los derechos humanos y civiles", agregó.
Los diputados, entre ellos el jefe de la oposición en el Parlamento, Julio Borges, fueron agredidos en una protesta ante la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) para exigir al organismo que responda a su solicitud de convocar un referendo revocatorio.
Borges terminó con una herida en el rostro, tras los golpes que recibió de parte de presuntos partidarios del chavismo cuando encabezaba el grupo de unos sesenta parlamentarios que acudió a la sede del CNE.
La oposición venezolana presentó en mayo más de 1,3 millones de firmas que apoyan la convocatoria de un referéndum para revocar la presidencia de Maduro.
A su vez, el dos veces candidato a la presidencia de Venezuela Henrique Capriles dijo que las 1.3 millones de personas que deben validar sus firmas para activar el referendo para revocar el mandato de Maduro lo harán pese a los obstáculos que, asegura, ha puesto el Poder Electoral.
El también gobernador del céntrico estado Miranda denunció que entre las más de 600 mil firmas anuladas por el CNE figura su propia rúbrica, así como la del segundo vicepresidente del Parlamento, Enrique Márquez y la del diputado Alfonso Marquina, quienes no podrán validar.