Un camión bomba estalló ayer cerca de una base de policía en la ciudad occidental libia de Zliten, lo que provocó la muerte de al menos 60 policías y unos 200 heridos, de acuerdo con informaron autoridades locales.
Según un testigo, al momento del ataque unos 300 hombres se encontraban en el centro, a unos 170 km de la capital, Trípoli.
El atentado se produce en medio de una ofensiva lanzada el lunes por los grupos yihadistas libios afines a la organización Estado Islámico (EI) para tomar el control de los puertos petroleros de Ras Lanuf y Sidra, los más importantes del país.
"Entre 50 y 55 personas murieron y al menos 100 resultaron heridas", informó el vocero del ministerio de Salud, Amar Mohamed Amar, tras el primer atentado. Zliten es una ciudad controlada por la coalición de las milicias de Fajr Libya.
Por ahora nadie se ha atribuido el hecho. En el pasado, ataques como éste fueron obra de la rama libia de la milicia terrorista EI, que en el país norteafricano controla una franja costera del Mediterráneo en torno a las ciudades de Sirte y Al Nofaliyeh.
En Washington, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, afirmó que Estados Unidos no ha determinado todavía quién es el responsable de haber ejecutado un "ataque cobarde de terrorismo" y extendió sus condolencias a las víctimas y las familias de quienes murieron, así como al pueblo de Libia.
Earnest dijo que Washington permanece "profundamente preocupado" por los milicianos inspirados por el grupo Estado Islámico que realizan actos de violencia en Libia.
La Unión Europea también lamentó el ataque y llamó a la "pronta" aplicación del acuerdo político firmado entre las diferentes fuerzas políticas libias para un gobierno de unidad.
"El pueblo de Libia merece paz y seguridad. Con el Acuerdo Político Libio tiene una gran oportunidad de dejar atrás sus divisiones y trabajar junto, unido, contra la amenaza terrorista que enfrenta su país", dijo en un comunicado la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
Analistas no descartaron la autoría del ataque de contrabandistas que operan en ese país norafricano, conocidos por responder con violencia a cualquier intento de destruir sus operaciones lucrativas. Pero hasta ahora no se reportaron incidentes en los que ellos usen vehículos con bombas, lo que hace pensar que un miliciano islámico estuvo detrás del ataque.
Libia cayó en un caos tras el derrocamiento y asesinato del dictador Muamar Gadafi, en 2011. El país, rico en petróleo, se debate entre un gobierno islamista con sede en la capital, Trípoli, y un rival reconocido con administración en el este.
Conversación telefónica
El ex primer ministro británico Tony Blair aconsejó al líder libio Muamar Gadafi que buscara un "lugar seguro" porque la situación iba a acabar mal, según la transcripción de unas conversaciones difundidas ayer.
"Si tiene un lugar seguro debería ir ahí porque esto no acabará pacíficamente", le dijo Blair a Gadafi el 25 de febrero de 2011, poco después del inicio de una revuelta en su contra, en plena primavera árabe, y meses antes de que muriera a manos de los rebeldes, en octubre de ese año.
Las transcripciones fueron cedidas por el propio Blair al comité parlamentario de Relaciones Exteriores que investiga el colapso de Libia y el papel británico en la crisis, y publicadas por ese grupo.
Los dos dirigentes conversaron telefónicamente en dos ocasiones. En ambas, Gadafi minimizó la crisis y reiteró que se estaba enfrentando a Al Qaeda. Por su parte, el entonces ya ex primer ministro le pidió garantizar la paz para que la comunidad internacional pudiera ayudar a buscar una solución negociada.
"Tiene que haber un proceso de cambio, este proceso de cambio puede ser gestionado y tenemos que encontrar una manera de gestionarlo", dijo Blair.
El líder libio respondió airado a la insistencia diciendo que era un acto de "colonización", y avisó de los peligros de una intervención extranjera en Libia: "morirán libios, habrá daños en el Mediterráneo, Europa y en todo el mundo", advirtió.
"Aquí no hay ningún baño de sangre, está todo muy tranquilo, pero si quiere tomar Libia, estamos dispuestos a luchar, será como Irak", afirmó el líder libio, invitando en varias ocasiones a Blair a visitar el país para comprobar que su régimen no estaba aplastando a la gente.