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A un año de ataque terrorista, "Charlie Hebdo" se siente sola

Con 20 millones de euros en su haber, gracias al atentado del 6 de enero, el semanario satírico no se calla.

Charlie Hebdo, un pequeño semanario muy crítico con las religiones y las instituciones, alcanzó el reconocimiento mundial tras los atentados yihadistas del 7 de enero, pero un año después se siente solo en su lucha por "reírse de todo".

"Sentimos una escandalosa soledad. Nos hubiera gustado que otros hicieran sátiras", confiesa uno de los accionistas de la revista, Eric Portheault. "Nadie se ha sumado a este combate, porque es peligroso. Podemos morir".

Un mes antes del ataque, el semanario estaba al borde de la bancarrota. Las ventas no superaban los 30 mil ejemplares y su humor provocador, heredado de los años 1970, ya no generaba ingresos. El público ignoraba que sus periodistas vivían bajo protección policial desde la publicación de caricaturas de Mahoma en 2006 y del incendio intencionado de sus locales, en 2011.

Tras el atentado, en el que murieron 12 personas, entre ellos dibujantes como Charb, Cabu o Wolinski, la revista creado en 1970 se ha convertido en un símbolo de la libertad de expresión y ha conseguido millones de euros en donaciones, así como 200 mil suscripciones. Pero aunque en todo el mundo floreció el lema "Je suis Charlie" ("Yo soy Charlie"), también hubo críticas de los que piensan que no se puede reír de todo y mucho menos de la religión.

El llamado "número de los supervivientes", publicado el 14 de enero, una semana después del atentado, con un Mahoma en portada y el título "Todo está perdonado", simboliza estas tensiones. Aunque se vendieron 7.5 millones de ejemplares en todo el mundo, provocó manifestaciones violentas en varios países musulmanes.

Pese a todo, el semanario reapareció y se mantiene fiel a él mismo. Cada miércoles publica sus 16 páginas de ilustraciones mordaces, blasfemas o picantes para denunciar el racismo, la intolerancia y los entresijos del poder.Pero este renacimiento supone un desafío para los supervivientes, muchos de los cuales escaparon por los pelos de la muerte, como el dibujante Riss, herido de gravedad por los dos atacantes.

Riss asumió la dirección del semanario y se convirtió en su accionista principal, aunque algunos criticaron entonces la nueva dirección y reclamaron más transparencia en la gestión de las donaciones, destinadas a las víctimas y a sus allegados. El conflicto se arregló pero el dibujante Luz, traumatizado, abandonó el semanario unos meses más tarde, en septiembre.

Aunque otros se quedaron, "los desaparecidos dejaron un enorme y espantoso vacío", dice Eric Portheault, y explica que muchos dejaron de colaborar con la revista porque sienten que es "peligroso". "Tenemos encima una espada de Damocles".

El equipo, de unos 20 miembros, acaba de trasladarse a unos nuevos locales de máxima seguridad cuya dirección se mantiene en secreto.

"Ni hablar de autocensura, si no significaría que han ganado. Si la actualidad nos lleva a volver a dibujar a Mahoma, lo haremos", subraya Eric Portheault, que también es el director financiero.

Varias ilustraciones recientes han sido criticadas, sobre todo en el extranjero, como cuando Riss dibujó a Aylan —el niño sirio ahogado en una playa de Turquía— bajo un cartel de McDonald's para criticar la sociedad de consumo.

Pese a las críticas y gracias a las ventas masivas después del atentado, la revista tiene un "tesoro" de 20 millones de euros que le permitirá seguir saliendo a la calle durante años.

"Mucha gente, que descubrió el particular humor de Charlie, ahora nos lee", añade Portheault, apuntando a las ventas actuales que rondarían los 100 mil ejemplares.

Las buenas cifras no han apaciguado, sin embargo, el dolor de la redacción. "Con los atentados del 13 de noviembre", que dejaron 130 muertos en París, "y el aniversario, todo vuelve a la superficie", confiesa.

El 6 de enero aparecerá un número especial con una tirada de un millón de ejemplares que lleva en la portada el dibujo de un dios barbudo, armado con un fusil Kalachnikov, el hábito ensangrentado con el título: "Un año después el asesino sigue suelto".

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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