El clamor por "verdad y justicia" se sintió una vez más este domingo en las calles de Santiago en la conmemoración de los 43 años del golpe militar que derrocó a Salvador Allende, apagó la democracia chilena e instauró la cruenta dictadura de Augusto Pinochet.
El Palacio de La Moneda, la sede de gobierno que soportó los bombardeos el 11 de setiembre de 1973, fue el centro del primer acto oficial de la jornada con un homenaje a Allende encabezado por la presidenta socialista Michelle Bachelet.
Antes de ofrecer su discurso, Bachelet, acompañada por Isabel Allende, presidenta del Partido Socialista e hija del fallecido presidente, y otros miembros de la familia, depositaron una ofrenda floral en el Salón Blanco del palacio, que recrea el lugar en el que Allende se suicidó.
"Los ecos del más doloroso hito de nuestra historia reciente resuenan en estos pasillos", dijo la mandataria en un discurso en La Moneda, la Casa de Gobierno, donde murió Allende y otros 38 colaboradores tras el golpe que encabezó Augusto Pinochet el 11 de septiembre de 1973.
"Hoy chile conmemora lo ocurrido 43 años atrás, aquello que nunca más volverá a ocurrir, porque tenemos una certeza irrenunciable de que mientras la luz de la memoria siga viva, nadie estará vencido y nadie estará olvidado", agregó la mandataria.
Bachelet destacó los avances en políticas de derechos humanos, aseguró que se ampliarán los espacios destinados a mantener la memoria de lo ocurrido durante la dictadura y anunció que la Subsecretaria de Derechos Humanos, creada en diciembre pasado, se pondrá en marcha a fines de 2016, para estar operativa en 2017.
En su segundo mandato, Bachelet ha impulsado una serie de reformas sociales en las que sobresale el inicio de una reforma del sistema educativo que busca instaurar la gratuidad universal.
Asimismo, se inició un largo proceso que busca culminar con la reforma de la Constitución, que al igual que el sistema educativo, el sistema privado de pensiones y varias otras normas son herencia del gobierno de Pinochet.
Camino por recorrer
Apenas finalizado el discurso de Bachelet se inició una multitudinaria marcha que tras recorrer varios kilómetros arribó al Cementerio General de Santiago, donde familiares de desaparecidos junto a miles de chilenos rindieron homenaje a las más de tres mil 200 víctimas mortales del régimen.
"Tengo 64 años y vengo cada año para recordar a los que cayeron para que nunca más vuelva a pasar en Chile lo que pasó", y "siempre esperando que algún día se haga verdad y justicia, que salga todo a la luz y se condene a los culpables", comentó Sonia Zurita.
Un pedido de justicia que se centró en pedir el cierre de la cárcel Punta Peuco, ubicada a 50 kilómetros de Santiago, que alberga a un centenar de ex miembros de las Fuerzas Armadas condenados por secuestro, tortura y asesinatos durante la dictadura.
Los familiares de las víctimas denuncian que en ese penal los antiguos represores tienen grandes privilegios y que viven en un lujo impensado para presos comunes, por lo que es considerado un símbolo de los privilegios que aún mantienen los militares.
Fotos de cientos de desaparecidos, miles de banderas con la imagen de Allende, enormes carteles pidiendo el cierre de Punta Peuco se movieron al ritmo de los tambores durante la marcha, que con incidentes con la policía.
Ante disturbios generados por algunos manifestantes la policía reaccionó lanzando gases lacrimógenos, que afectaron a personas que pacíficamente -y en muchos casos con niños- buscaban ingresar al Cementerio para dejar una ofrenda floral a los caídos.
Como es habitual cada 11 de septiembre, en Santiago y otras regiones se produjeron barricadas e incidentes menores desde la noche del sábado y las primeras horas de la jornada, informó la Policía.
El sábado se realizaron varios actos encabezados por autoridades y familiares de las víctimas en varios puntos del país.
Uno de ellos se realizó en terrenos de la antigua Colonia Dignidad, ubicada unos 350 al sur de Santiago, donde un grupo de 45 familiares de víctimas realizó un acto en honor a los desaparecidos frente a una de las fosas abiertas por la justicia en busca de sus restos.
La colonia, reconvertida en centro turístico y agrícola, fue creada en la década del 60 por el ex cabo nazi Paul Schäfer y otros inmigrantes alemanes. Su líder instauró un régimen de trabajo esclavista y abusó sexualmente de menores, además de colaborar con el régimen de Pinochet convirtiendo al lugar en centro de detención y tortura.
Las conmemoraciones culminarán con un encuentro en el Estadio Nacional, que sirvió como centro de detención y torturas, en el que se encenderán velas en honor a las víctimas.
Según informes oficiales elaborados en democracia, unas 38.000 personas fueron torturadas, desaparecidas o ejecutadas en el periodo dictatorial.
JA