La modista francesa Sonia Rykiel, conocida como la "reina del punto", en particular por sus jerseys, y fundadora de la marca que lleva su nombre, murió la noche del miércoles 24 de agosto a los 86 años, anunció su familia.
Rykiel, que había nacido en París el 25 de mayo de 1930 con el apellido Flis, falleció como consecuencia de la enfermedad de parkinson, que sufría desde hacía años y de la que ella misma había hablado públicamente.
En un comunicado divulgado por el Elíseo, Hollande recordó que fue ella misma la que creó su empresa de moda y abrió su primera tienda en Saint Germain de Prés, junto al barrio latino de París, en mayo de 1968, una fecha particularmente significativa por las revueltas estudiantiles que se produjeron allí en esas fechas.
"Inventó no sólo una moda, sino una actitud, una forma de vivir y de ser, y ofreció a las mujeres libertad de movimiento", señaló el jefe del Estado, que también hizo hincapié en que su estilo es mundialmente conocido y que perdurará "como el símbolo de la alianza destacable del color, de lo natural, de la fluidez y de la luz".
¿Quién es Sonia Rykiel?
Al quedarse embarazada a los 28 años, Sonia se dio cuenta de que la ropa que veía en los escaparates, le dejaba de ir bien y, a partir de ahí, diseñó un jersey que tuvo un éxito inmediato.
Inventó el término démode, según el cual la ropa debe adaptarse a las mujeres y no a la inversa, lo que se tradujo en vestidos y jerseys confortables y materiales más fluidos.
Audrey Hepburn, Brigitte Bardot, Catherine Deneuve, Jaqueline Onassis, Lauren Bacall... Las estrellas de la época se rindieron rápidamente a sus creaciones, extendiendo la fiebre del punto y de unos diseños considerados libres e insolentes para la época.
Las rayas de colores, las faldas sin dobladillo, las costuras por fuera, las prendas llevadas al revés o con palabras dibujadas en milimétricos cristales se convirtieron en el sello de su firma
Colegas como Christian Lacroix dijeron de ella que "había cubierto el mundo de punto".
Fue precursora también de los pantalones deportivos de terciopelo y, en 1987, imprimió un nuevo ritmo a su marca con sendas colecciones para hombre y niño, y una línea de perfumes, accesorios y zapatos.
A pesar del imperio creado, cuentan que la presentación de cada una de sus colecciones le provocaba un nudo en el estómago, como si fuese la primera vez.
Una tras otra, sus temporadas hicieron apología del negro, portado por alegres y expresivas maniquíes cuya sonrisa incondicional sobresalía entre la seriedad habitual dominante entre las modelos de los desfiles parisinos.
Cual joven ejército de "rykieles", solían lucir además la misma voluminosa cabellera roja característica de la modista.
Con ochenta primaveras, la diseñadora presenciaba todavía desde la primera fila los desfiles de su "maison", cuyas riendas confió definitivamente a su hija Nathalie en 2007.
Seductora y hedonista, la también escritora Rykiel amaba locamente el chocolate y entre la decena de libros que publicó contó por primera vez en "N'oubliez pas que je joue" (2012) su relación con el Parkinson que padecía y cuya batalla terminó anoche, a los 86 años.
"Más tarde, cuando ya no sea la misma, ofreceré cócteles sublimes en preciosos vasos. Seré joven por mucho tiempo, no me dejaré absorber por la vejez, lucharé, me transformaré", anunciaba Rykiel en el mismo libro.
mrf