La señora Josefa Arias de Gorordo, mejor conocida como “Pepis”, está cerca de cumplir los 92 años de edad en este mes de marzo y recordó el lejano 1946, fecha en que nació la pastelería icónica en la zona surde Tamaulipas, porque era una época en la cual eran mal vistas las mujeres trabajadoras.
Sin importarle las críticas de las propias mujeres a finales de los cuarenta y principios de los cincuenta, la señora “Pepis” ha encabezado el negocio por 73 años, de lo cual se siente muy orgullosa al ser producto de la cultura del esfuerzo y de su trabajo arduo.
¿Cómo fue este inicio, cuál fue la motivación?
Me gustaba mucho la repostería y a los 13 años me encontré un librito que regalaba Azúcar S.A con recetas. Me puse a hacer un panecito, me salió muy bien y comencé a hacer más cosas.
Luego me pusieron una maestra para decoración de pasteles, la señora Quintana de Contreras y yo a los 15 años le hacía el pastel a la vecina, a la tía, al amiguito de al lado y pensé en establecerme.
Recuerdo, me establecí en el portón de unas señoritas adineradas, con una estufita de cuatro hornitos, la batidora doméstica y me puse a hacer quequitos y empanadas, eso fue en noviembre de 1946.
En 1947 se reinician los carnavales suspendidos por muchos años y ellas que eran muy creativas me animaron a hacer un carro alegórico que fuera un pastel, ellas hicieron las flores y lo adornaron…
A los seis meses me corrieron porque olía mucho, me fui a un cuarto atrás, en un edificio abajo con la intención de sostenerme mientras conseguía un local, ya luego encontré y me puse en Altamira y López de Lara.
¿Alguna anécdota que tenga de sus inicios en el trabajo?
En 1955 el agua me llegó a las rodillas por el ciclón Hilda, cuando estaba ahí en calle Altamira y López de Lara, ahí el agua subió a un metro con 60 centímetro el agua.
También recuerdo el primer rosticero de pollos lo trajimos nosotros, lo tuvimos ahí en el negocio y fue un exitazo también, porque la gente veía como se cocían los pollos.
Con tanto tiempo de consolidar un negocio ícono de la zona ¿se considera usted un ejemplo para las mujeres?
Mucha gente me lo ha dicho, tú eres mi inspiración… cuando empecé en esa época fui muy criticada porque la mujer no salía de casa. Te enseñaban a tejer, a bordar, a coser y guisar, te educaban para ser ama de casa y era rara la mujer que estudiaba de secretaria o contadora.
¿Prácticamente le dio una bofetada al machismo de esa época?
En ese entonces fui muy criticada por todos, cuando me iba a casar una comadre se atrevió a decirme oye ¿él (tu esposo) trabaja o lo va a mantener usted?
Me decían para qué trabajas si no tienes necesidad, pero les respondía, porque me gusta, porque a mí me divierte hacer pasteles, crear algo, la posibilidad de agarrar harina, huevo, mantequilla y hagas un pastel, eso es una chulada.
Vivimos tiempos difíciles por agresiones a la mujer ¿qué se debe de hacer para evitarlas?
En primer lugar que las autoridades se pongan las pilas… también cambiar la mentalidad, la falta de cultura y la educación, porque todo esto viene desde el hogar.
¿Tiene algún momento que le haya hecho muy feliz?
Cuando tuve mi primera hija fui muy feliz, tuve un matrimonio muy bonito de 59 años que estuvimos casados, con un esposo que siempre me apoyó.
¿Qué mensaje les da a las jóvenes que en algún momento llegan a decir no puedo?
En primer lugar tengan pasión por lo que les gusta hacer, que descubran sus talentos porque se vale soñar, pero siempre con los pies bien puestos en la tierra. Porque cuando uno hace lo que le gusta, es como si no trabajaremos.
GINS
