Los príncipes Harry y William salieron durante unos minutos del Castillo de Windsor para saludar a la multitud de personas que ya se congregó ahí para festejar mañana la boda del hijo menor de Diana de Gales con la actriz estadunidense Meghan Markle.
Poco antes de las 18:00 horas de la tarde hora local, ambos abandonaron a pie del palacio por la puerta de Enrique VIII, vestidos con saco y camisa, y pasearon por la calle aledaña a la residencia real, donde decenas de personas esperaban tras las vallas que están instaladas para los actos de este sábado.
En un ambiente alegre, los dos hermanos dieron la mano, conversaron y se sacaron fotografías durante unos diez minutos con las personas apostadas a ambos lados de la calle, muchas de ellas con banderas británicas y pancartas con mensajes de felicitación.
William, de 35 años, ejercerá de padrino en la boda de su hermano menor, tal como hizo Harry, de 33, cuando fue el duque de Cambridge quien contrajo matrimonio, en abril de 2011, con Kate en la abadía de Westminster.
Más tarde, Harry, Markle y Doria Ragland —la madre de Meghan—, participaron en un ensayo previo a la boda en el Castillo de Windsor, según la agencia local PA.
La boda se celebrará mañana, a partir de las 6am hora de la Ciudad de México, en la capilla de St. George del Castillo de Windsor, la misma en la que el príncipe Carlos celebró con un oficio religioso su matrimonio civil con Camilla en abril de 2005.
El deán de Windsor, el reverendo David Conner, y el arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia de Inglaterra, Justin Welby, dirigirán el oficio, que durará cerca de una hora, ante unas 600 personas.
Tras la ceremonia, los novios recorrerán en una carroza abierta las calles de Windsor, que lucen engalanadas desde hace días para la ocasión y en las que se espera que se congreguen cerca de cien mil personas.
RL