Falta pocos minutos para que den las seis de la tarde, de pronto aparece un joven presuroso llegando al aeropuerto internacional de Tampico, su vuelo está por salir.
Pronto cruza sobre el paso peatonal del estacionamiento, es Raúl Curiel García con maleta en mano, el único tamaulipeco que logró clasificar a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Brasil 2016, y está por marchar a la Ciudad de México para reintegrarse a los entrenamientos de cara a la cita olímpica.
Le acompañan sus padres, quienes orgullosos caminan junto al más pequeño de sus hijos... Raúl saluda a quienes le reconocen, y como era de esperarse, ninguna autoridad municipal lo despide.
Pero Curiel tiene los guantes bien puestos para enfrentar las adversidades, tal y como lo ha demostrado a lo largo de su carrera donde la vida le puso algunas pruebas, las mismas que fue enfrentando una a una para llegar hasta donde se encuentra instalado.
El Cugar pasó unos días rodeado de sus amigos y familiares tras el receso decembrino, pero llegó la hora de partir y no regresar a su natal ciudad hasta después de su cita con el destino, los Juegos Olímpicos.
"Regreso a los entrenamientos bien motivado, recargado por estar con la familia, con buenas vibras de la gente que me quiere y motivado para hacer un buen papel en los Juegos Olímpicos".
Raúl muestra su sencillez, viste pantalón de vestir negro y playera blanca de cuello redondo... visiblemente emocionado, el púgil tamaulipeco confiesa que los premios recibidos, lo ya conseguido en su carrera queda en el recuerdo pues inicia una nueva cuenta en su vida. "Ya disfrutamos a la familia, ahora a concentrarnos en el trabajo y a hacer lo que mejor sé hacer. Ahora toca reportarme con mi equipo de trabajo para reiniciar con los entrenamientos, tal vez se haga una gira por Europa".
No se compromete a nada, solo afirma que dará lo mejor de él "y esperamos que se logre esa medalla que México no ha tenido desde hace 15 años (en boxeo), pero bueno voy a hacer todo lo que pueda y esté a mi alcance, pero primeramente Dios ganar esa medalla".
No se olvida de sus inicios, sabe que los ojos de Tamaulipas y de México estarán puestos en él una vez que inicie la justa deportiva más importante del orbe "agradecido con el apoyo de la gente, con mis compañeros de la Borreguera que siempre los voy a poner en alto, voy a tratar de dar lo mejor de mí para dar satisfacciones a mi pueblo".
De sus maletas, dijo que estas van llenas de ilusiones y metas por cumplir. "En mi maleta llevo lo que siempre he querido, trascender en mi vida, creo que esta es mi última oportunidad para poder darme a conocer, que sepan quién es en realidad Raúl Curiel y pues bueno, también van llenas de ilusiones y de sueños bien puestos en mi mente, sea el resultado que sea, yo ya estoy logrando mi sueño que fue llegar a Juegos Olímpicos y estoy muy contento desde el simple hecho de ir para allá y represento a mi país".
Tras la charla, Raúl toma las maletas, se despide con un beso de sus padres quienes solo le observan pasar el túnel para transbordar el avión que le trasladará hasta un nuevo viaje en su vida.
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