La tarde del 25 de agosto 2011, un comando de delincuentes descendió de cuatro vehículos, rociaron garrafones de 200 litros con combustible e incendiaron el Casino Royale, estaba lleno de clientes.
La masacre se ha convertido en un hecho imborrable para la sociedad...
Edmundo Jiménez Ramírez, recuerda que ese día fue a comer con su esposa Rosa María Ramírez, después la llevó al casino sin saber que sería su último encuentro.
"Yo regrese a mi casa, comimos ahí, y luego ella me pidió que la llevara (al casino) ahí la acompañé, ahí la dejé yo... Iba contenta a distraerse al casino".
Al enterarse del ataque, acudió a las afueras del Royale con la esperanza de encontrar a su esposa.
"Una persona que estaba ahí nos comentaba que su marido estaba adentro, estaban hablando por teléfono y les decía que estaban en un baño, yo le decía a Protección Civil que rompieran por atrás y un judicial me sacó, no nos permitió estar.
"No había preparación para ese tipo de hechos".
Los cuerpos de auxilio fueron rebasados, haberse sentido impotentes es lo que más recuerdan.
Gerardo Rocha, trabajaba en el área de sistemas del Casino Royale, él es recordado por haberse convertido en una escalera humana y haber salvado a más de 30 personas de las llamas.
El ingeniero narra que decidió ayudar porque vio a una mujer embarazada, y en aquel entonces su esposa tenía ocho meses de embarazo, la empatía y el valor llevaron a Rocha a poner en riesgo su vida y salvar la de los demás.
A cuatro años de la masacre, las autoridades han capturado a una veintena de involucrados, entre ellos, Baltazar Sauceda Estrada, alias El Mataperros, líder intelectual del incendio.
Carlos Alberto Oliva, La Rana, líder criminal que ordenó incendiar el inmueble fue detenido dos meses después del atentando; Francisco Medina, El Comandante Quemado, fue abatido el 4 de abril del 2012.
Este martes los deudos realizarán una misa conmemorativa en la iglesia del Carmen.
