Libró los sellos de clausura y colocó madera, improvisó puentes, superó el vértigo y mantuvo el equilibrio para bajar del piso 14, el más alto, del edifico Osa Mayor, una de las torres de la Unidad Morelos, en la colonia Doctores, un pesado refrigerador, muebles, herramientas y hasta el jarrón que le regaló a su vecina.
Antonio Kvedavas, inquilino desalojado del departamento 1402, ignoró el acordonamiento y el hecho de que Protección Civil ubicó su edificio entre los inmuebles de alto riesgo de colapso por las afectaciones causadas por el sismo del pasado 19 de septiembre.
"Mi refrigerador vale de 15 mil a 17 mil, y mis muebles 5 mil pesos en Costco, estamos hablando de 22 mil, a 23 mil pesos. Yo bajé todas mis cosas solo desde el último piso, pero con mis vecinos nos ayudamos creando puentecitos para bajar, luchar contra el equilibrio, el vértigo . Son mis cosas, no quiero abandonarlas, punto".
El inquilino de Lituania, educado en Venezuela, aprovechó que subió con algunos vecinos y conocidos para rescatar de la casa de su vecina el jarrón que le obsequió, así como otros objetos personales.
María Enriqueta Zamora, quien llevaba viviendo 17 años en el edificio Osa Mayor recibió de nuevo el regalo con gran gusto, incluso, mostró uno de sus tesoros rescatados en medio de la cantidad de vidrios, muebles destruidos y tirados. Su álbum de fotografías en el que vienen imágenes muy antiguas de su madre, hijos, incluso de sus perros ya fallecidos.
En silla de ruedas por sufrir un accidente se quedó a las afueras del edificio. "Tuve que irme con un familiar y dejar todo, una vida de trabajo, de esfuerzo. Vivía aquí con mis hijos, y es bastante difícil, porque trabajé mucho para tener este departamento".
Leticia Rosales, su vecina, también ha hecho de todo para bajar sus pertenencias. Se valió de la ventana —espantando a una mujer del edificio contiguo— para bajar sus colchones y ahora está en casa de familiares, recibiendo 3 mil pesos de ayuda del gobierno para renta. "No pienso aceptar que me metan en un huevito de 50 metros, mi departamento medía 100 metros", explica la señora que llevaba en esa casa más de 20 años.
Sobre el piso la gente bajó hasta un cuadro de una calavera sin firma de autor. Este edificio, ubicado en la colonia Doctores, está siendo evaluado junto con otros dos por Protección Civil para determinar el tipo de intervención que se hará.
Por lo pronto, Cynthia Murrieta, directora de Protección Civil de la delegación Cuauhtémoc, comentó que ya se han hecho más de mil verificaciones y, de esas, 266 inmuebles habitacionales y de oficinas, fueron clasificados de alto riesgo y solo 24 ameritan demolición.
Los edificios pueden ser en la mayoría de los casos rescatados pero hay 24 con solicitud para demolición: Génova 33, Versalles 37, Medellín 104, Sonora 149, Álvaro Obregón 286 y 284, San Luis Potosí esquina Medellín, Linares 43, Puebla 286 y Amsterdam 111, entre otros.
"Estamos solicitando el dictamen del Instituto para la Seguridad de las Construcciones de Ciudad de México, porque es la única forma en la que podemos continuar con estas demoliciones para dar certeza y seguridad a la gente que vive en los edificios colindantes y puedan seguir habitándolos", dijo.
La documentación sobre la demolición de los 24 inmuebles ya se hizo llegar a las autoridades para que se liberen recursos del Fonden.
"El llamado que hago a las autoridades encargadas de tener acceso a los fondos es que los liberen rápido para culminar con estas demoliciones y levantar pronto la ciudad", dijo.
Hay gente a la espera de saber qué sucederá con su departamento y vive por decisión propia en la calle, otros han aceptado quedarse en albergues temporales. Uno de ellos es el refugio de Sadi Carnot 68, colonia San Rafael que brinda cama, comida y techo a más de 50 personas, pero el 8 de octubre los visitantes deberán desalojar.
Arturo Cerezo, comandante del Pentatlón, comentó que han ofrecido apoyo a la sociedad en tanto se estabilizan, pero será el 8 de octubre cuando deberán abandonar las instalaciones.