El "torrente" de papás y mamás se arroja a la tienda de útiles escolares -donde también expenden desde champú hasta abarrotes- en el último día previo al arranque del ciclo escolar en Nuevo León, en una verdadera escena de compras de pánico.
La adquisición masiva de sobresalto a unas horas de que los pequeños de preescolar, primaria y secundaria tapizan las tiendas especializadas Hemsa, Adosa y cualquier otra donde vendan todo para cubrir el listado escolar.
Aunque las puertas abrían a las 10:00, la tienda del borreguito determinó por quitar los candados y operar desde una hora antes, ya que había unos 60 clientes esperando afuera del local.
“Sí hay bastante gente, es el típico mexicano que deja todo al último, sí (al final), como por ejemplo para una cosa tiene que hacer la fila súper grande, y todo bien hasta ahorita, vine a comprar algunas libretas que fueron como 100 pesos”, afirmó Yuliana, vecina del municipio de Juárez, quien le compró útiles a su sobrinito.
Las filas de hasta 20 clientes torturan las 25 cajas de la tienda establecida desde hace 48 años en el cruce de las avenidas Juárez y 5 de Mayo. Se esperan 10 mil clientes sólo en esa de de las 23 tiendas que tiene esta firma, además de la feria escolar instalada en Cintemex.
Alberto Reylander, gerente de la tienda, explica lo que representa el que haya un día antes del arranque del ciclo escolar esta estampa de las compras de pánico.
“Por lo menos un 30 por ciento aumentó la afluencia de gente, en días anteriores estaban despejadas todas las cajas, y ahorita están atiborradas; ya es genética, es lo típico, la gente se espera según sus posibilidades; hay muchos que compran los útiles con mucho tiempo de anticipación.
“Mis compañeros están al 100 por ciento en la línea de caja, y todos con bastante gente; compran de todo, se están surtiendo de todo, la lista de útiles escolares, desde lápices hasta mochilas, hay unos que vienen por una cuantas cosas… son prácticamente compras de pánico, porque ya mañana tienen que regresar a la escuela y es a fuercitas, tienen que irse con los útiles aunque no usen nada el primer día”, dijo.
Carritos de mandado y bolsas con todo tipo de productos escolares: libretas, sacapuntas, libros, cuentos, colores, crayones, compases, borradores, hojas de máquinas etiquetas.
“Hay mucha aglomeración, mucha gente, sí la gente deja todo para el final… y aquí andamos porque comprando tengo yo dos niños, José y Nadia Susana”, explica Mikaela, vecina de la colonia Libertadores de América, en el municipio de Guadalupe.
El alboroto trasciende por todos lados, desde el cajero automático, un tapiz de muchedumbre sentada en los escalones, las cajas atestadas, pasillos, stands y mostradores cubiertos por la invasión de padres, filas y filas de gente por todos lados…
Al salir, el escenario parece replicarse: la multitud cubre las banquetas y los puesteros las calles, los automóviles a paso de rueda ante el mismo gentío, la invasión de papás cargando los útiles escolares va a paso de tortuga.