Se dio el último adiós a cuatro de los diez mineros en Sabinas que habían quedado atrapados bajo miles de metros cúbicos de agua. La muerte entre la comunidad minera es un final al que están resignados cuando la tierra expresa su enojo al ser explotada.
Tras 624 días, por fin los familiares de mineros en “El Pinabete”, le dieron el último adiós a sus seres queridos, acabaron con una zozobra y comenzaron un proceso de resignación.

Fue el pasado 3 de agosto cuando la angustia apenas comenzaba y con el paso de los días la esperanza de que estuvieran con vida acababa.
Los esfuerzos de mujeres y hombres por salvarlos no se midieron, soportaron el incandescente sol y calor de día y de noche. El agua por millones de metros cúbicos no les permitía tener señales de vida, se usaron drones sub marinos y nada se logró. Meses después se determinó abrir 'el pocito' del tiro cuatro. El suelo erosionó y 'El Pinabete', pasó de un espacio de arbustos a un gran cráter.

Las exigencias de los familiares estuvieron presentes día y noche, pero el agua no cedía, parecía que el destino les decía que jamás lo volverían a tener cerca de una forma u otra forma. Sin embargo, para el día 11 de diciembre el panorama mejoró, los primero dos cuerpos fueron rescatados, para enero otro dos y tras pruebas de ADN fueron entregados a sus familiares.
Este jueves, cuatro carrozas pasearon por diversos puntos de Sabinas, la melodía que se escuchó fue : 'La Ultima Caravana' se trataba de los primeros cuatro mineros que había dejado huella en esa comunidad y memoria de que la tierra que da riqueza es impredecible.

“Venimos a darle adiós a Hugo, sobrino de mi esposo, fue mucho tiempo pero como quiera se llevaron tiempo de espera y su mamá que está con tristeza en el corazón ni modo que podemos hacer verdad”, Rosa Hernández, familia del minero Hugo.
En el panteón Santa María de Guadalupe, arribó una de las carrozas, la primera en tocar un campo santo de esta tragedia, de ella bajo Hugo, en su última morada, sobre su féretro un arreglo floral y una fotografía con una sonrisa con la que será recordada por el resto de los días de su familia en esta tierra caliente, Sabinas y sus zona carbonífera que no sede en cobrar la vida de sus hombres mineros del carbón.
cale