El nuevo modelo de verificación vehicular en Jalisco además de presentar un rezago de al menos seis meses de acuerdo a la fecha que dieron las autoridades, también enfrenta un conflicto con los talleres acreditados, cuyos representantes acusan irregularidades, favoritismos y corrupción.
Luego de reunirse con la Secretaría de Gobierno, los presidentes de la Unión de Talleres Automotrices del Estado de Jalisco, la Asociación de Talleres del Estado de Jalisco, Talleres Acreditados del Estado de Jalisco, agrupaciones que aseguran representan al 90 por ciento de los talleres en el estado, lograron programar una segunda reunión, en esta ocasión con las instancias directamente relacionadas al tema de la verificación.
Esta reunión está programada para el próximo jueves y participarán en ella la secretaria de Medio Ambiente, Magdalena Ruiz; el secretario de Movilidad, Mauricio Gudiño; el secretario de Finanzas, Héctor Pérez y el director de la Procuraduría Estatal de Protección al Ambiente (Proepa), David Cabrera.
“Vamos a plantearles nuestras dudas y preocupaciones, pero también pediremos que se nos explique el modelo que proponen y nos resuelvan algunos cuestionamientos que nosotros tenemos sobre el tema y vamos a exhibir la ineptitud y abuso de la autoridad”, mencionó otro de los representantes.
Entre las irregularidades, aseguran que hay limitaciones para los talleres que están acreditados para otorgar la verificación vehicular “expiden solamente 200 hologramas por mes a los talleres, esto deja en estado de indefensión al automovilista que si no encuentra un taller con holograma, va a estar sin verificar y expuesto a una multa”, mencionaron.
Aseguran que si el nuevo modelo de verificación “va a ser como el esquema de la Ciudad de México, con verificentros, el negocio va a ser de uno solo y a la gente le va a pegar porque habrá quienes hasta tengan que comprar un convertidor catalítico”, puntualizó otro de los inconformes.
Los representantes de talleres pedirán también que se haga difusión a los programas de verificación, pues hasta el momento no se ha socializado lo suficiente el tema, al grado de que ni las dependencias gubernamentales verifican los automóviles oficiales.