Para poder ofrecer el musgo fresco y el heno, los locatarios del mercado navideño en Torreón, empeñan su palabra a los habitantes de las comunidades que sobreviven en el pico de la Sierra de Arteaga quienes desde San Juan de los Dolores y utilizando burritos en la carga, bajan los productos que llegan a las familias laguneras.
Francisco Javier Pérez Muñoz recuerda que desde que él era un niño corría por el mercado a donde lo llevaba su padre, un locatario fundador.
Y está convencido de que el mercado no sólo es un negocio para las 64 familias que lo trabajan, sino un espacio de cultura donde el proyecto continuo es el sostenimiento de la fe.[OBJECT]
"Mi papá es socio y fundador del mercado y tiene más de 65 años con el puesto, por su larga edad me lo pasó a mí pero él es fundador, desde chiquitillo venía seguido, somos hijos todos de este mercado. Nosotros vendemos hierba: heno, musgo y gobernadoram magueyes y palmillas, aserrín pintado, roca y portalitos".
Este comerciante explicó que cada año es distinto y ante los gasolinazos, los precios se les incrementaron. Sin embargo, como unión de locatarios se pusieron de acuerdo para no subir tanto los precios de las mercancías y productos.
"Buscamos la manera de que a el cliente no le suba mucho. Por ejemplo este año la arpilla de heno vale 60 pesos, pero nos pusimos de acuerdo y estamos dando un precio accesible en los portales, uno que le valía normalmente como 150 ahorita los estamos dando hasta en 100 pesos.
Estamos compensando porque hicimos juntas desde junio para ver la manera de que esto no muera y siga siendo un proyecto de fe y no sólo un negocio porque cuando una mercancía está cara la compensamos con otra y vamos dándole a la gente un ritmo para que no gaste tanto".
Francisco dijo que en cuanto a la venta del musgo y el heno no se acepta el regateo porque se mantiene un precio establecido que beneficiará a los pobladores de comunidades marginales.
"Nos ponemos accesibles en el papel, en la gobernadora, las palmillas y portales para que se compense el gasto, que no sea tan fuerte. El heno y el musgo los traemos de Arteaga, haga cuentas de que cada año sube la gasolina y el arrastre y nos sale más caro.
Tiene su dificultad porque suben a la sierra a cortarla y la bajan en burritos. Para ellos es más dificultoso por ser camino real hasta San Juan de los Dolores".
Usted me paga a mí, yo les pago a ellos y ellos pagan allá
Ya entrado en la plática, Francisco como buen comunicador apunta: "Déjeme le cuento otra historia. Allá en esas comunidades entre Saltillo y Monterrey, se dedican a podar el heno y el musgo para evitar incendios. Entonces los comisariados ejidales nos los traen fiado.[OBJECT]
Nosotros luego les pagamos y ellos les pagan a los habitantes de esas comunidades, entonces usted pone su nacimiento y ayuda a que esas comunidades sigan progresando porque diciembre, enero y febrero, está todo nevado, no hay en qué trabajar, ni siquiera pueden salir.
Entonces usted pone su nacimiento, me paga a mí, yo les pago a ellos y ellos les pagan allá y se hace un círculo de fe. Porque un nacimiento le da de comer a las comunidades que se dedican a ésto".
Entre el canto de Antonio Aguilar el círculo de fe mueve a los creyentes en torno a un mercado que aprecia a sus clientes.
Porque como dijo Francisco mucha gente piensa que se instalan, se cuajan y se van, pero ellos paga a veladores, derechos de piso, limpieza, hacen reliquia tomando la calle Ildefonso Fuentes, aunque en el pasado el mercado se instalaba en la Plaza de Armas, en el corazón del centro histórico.
dcr
