Está comprobado con estudios que la exposición al ruido intenso puede generar daño al oído interno si es ésta es muy fuerte o de largo plazo, señaló Alfonso Jaramillo León, especialista del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Especialidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco.
“La mayoría de los pacientes que llegan con nosotros con un trauma acústico agudo o crónico, generalmente han estado expuestos por largo tiempo a sonidos muy intensos en centros laborales: personas que trabajan en siderúrgicas, procesadoras de productos como la caña, empresas metalúrgicas, cuando no se les proporcionaron las medidas de protección necesarias”, refirió.
El médico comentó que es más difícil establecer la relación de los problemas auditivos en personas que laboran en la vía pública —oficiales de tránsito, vendedores de periódico, ambulantes, choferes y taxistas— pues aún expuestas al ruido del gran parque vehicular en ciudades como Guadalajara, la intensidad del sonido varía.
“Sabemos que en teoría si el sonido ambiental fuera mayor de 90 decibles sí podría generar un daño”, sostuvo Jaramillo León.
El trauma acústico agudo puede ser provocado por una explosión, por la detonación de una pistola accionada muy cerca del oído y que en un solo evento, produce un daño; mientras que el trauma acústico crónico es provocado por la exposición a sonidos intensos por años, como en lo ramos industriales citados. Ambos casos afectan la audición (disminuye la capacidad de oír).
“El 5 por ciento de los pacientes que llegan a este hospital son referidos por un trauma acústico”, estimó el entrevistado. De ellos, cinco de cada diez han perdido entre 40 y 50 por ciento de la capacidad auditiva. La mayor parte son varones por su tipo de trabajo y se encuentran en la mediana y la tercera edad que son lo que acumulan más años de exposición.
La recomendación del especialista para aquellas personas que trabajen en medios ruidosos y/o expuestos a estos durante ocho o más horas diarias utilicen protectores auditivos y se realicen estudios de capacidad auditiva una vez al año “para detectar el inicio de un trauma acústico”.
Jaramillo León dijo que los traumas acústicos que provocan daño al oído interno no son reversibles. No existe tratamiento médico quirúrgico. Sin embargo hay posibilidad de frenar su avance, limitando esa exposición al ruido intenso; y para recuperar parte de la capacidad de oír se prescriben aparatos auditivos.
Agregó que la pérdida de la audición conlleva otros problemas de salud de tipo emocional, al afectarse la comunicación con la pareja, la familia y el entorno social y también puede producir ansiedad o depresión por no poder escuchar bien y comunicarse.