Con la llegada de la temporada decembrina aparecen subrepticiamente, en mercados, tienditas y tianguis, productos a base de pólvora que resultan divertidos para muchos niños y adultos al detonarlos, principalmente durante las posadas y las fiestas de Navidad y Año Nuevo. Sin embargo, ni son juguetes, ni mucho menos inocuos: desde los cuetes, palomitas, silbadores, barrenos y buscapiés, entre una amplia variedad de estos artefactos, hasta los grandes y vistosos juegos pirotécnicos, constituyen un grave riesgo a la salud al ser causa frecuente de lesiones.
Las quemaduras son las lesiones más frecuentes, que de acuerdo a médicos consultados, en México se incrementan hasta en 40 por ciento en dos épocas: las fiestas patrias y las fiestas navideñas. En ambas, la prometida algarabía termina en la unidad de urgencias, a veces con secuelas permanentes.
Cada año, la Unidad de Niños con Quemaduras Graves del Hospital Civil de Guadalajara "Dr. Juan I. Menchaca" (HCG-JIM) recibe en promedio una treintena de menores de edad con lesiones ocasionadas por productos de pólvora; mientras que las unidades de urgencias de la Cruz Verde y del Instituto Mexicano del Seguro Social, reportan de cinco a siete casos anuales... la mayoría acontecidos por esta época, lo que dispara la estadística.
Lo más lamentable es que siete de cada diez afectados son niños menores 15 años de edad. El resto jóvenes y adultos, según señaló el jefe de la Unidad de Niños con Quemaduras del HCG-JIM, Ariel Miranda Altamirano.
De acuerdo con datos del HCG-JIM, la mayor parte de las lesiones ocurre en las manos; luego en la cara, ojos, y después en extremidades inferiores. Eventualmente se han reportado daños en el área de los genitales pues los menores de edad acostumbran guardar estos productos en los bolsillos de su pantalón.
Otro problema son los daños oculares por las quemaduras, que van desde pequeñas laceraciones hasta desprendimiento de retina o ruptura del globo ocular.
Entrevistado por separado, el médico forense Alfredo Rodríguez García, expuso un problema poco difundido, más allá de las quemaduras: el daño que provoca la detonación. Éste puede derivar en pérdida de la audición, y en casos extremos hasta en un infarto o un shock. Y así lo explicó: "Los barrenos cada vez son más grandes y el sonido como tal es una fuerza física que a medida que aumenta causa un mayor impacto... puede causar un paro cardiorespiratorio".
Anteriormente los productos eran pequeños "por eso los escondíamos en la bolsa del pantalón, los jugábamos con los dedos, tronaban y no pasaba nada. Hoy si te fijas son explosivos de mayor nivel para que la gente, los chavos, se emocionen más", comentó el entrevistado, por lo cual instó a las autoridades a inhibir su venta.
Sobre los globos de Cantoya y las luces de bengala, si bien no explotan, tampoco son inofensivas, ya que pueden ocasionar un incendio al caer encendidas en algún sitio que pueda actuar como combustible.
Los entrevistados coincidieron en el principal consejo: no comprar productos de pólvora y vigilar que los niños tampoco los consigan, que no jueguen con ellos en sus manos ni los guarden en sus bolsillos, pues la diversión puede costarles muy cara.
Productos de pólvora
- La pólvora es un polvo explosivo, la cual consiste en un combustible, un oxidante y el azufre lo cual produce una reacción estable
- Los productos de pólvora son altamente peligrosos tanto para niños como adultos
Recomendaciones
- No dejar que los niños jueguen con fuegos artificiales de cualquier tipo, incluyendo luces de bengala
- Ante lesión ocular por productos de pólvora:
- Buscar atención médica inmediata
- No frotarse ni enjuagar los ojos
- No retirar partículas atrapadas en el ojo
Ante quemaduras
- No aplicar pomadas, cremas ni aceites
- Cubrir el área afectada con un paño limpio y humedecido con agua muy fría
- No reventar ampollas
- No automedicarse
Fuente: Secretaría de Salud/Instituto Mexicano del Seguro Social