Guadalajara /
La prostitución infantil es un problema que encuentra su origen en los sectores donde la desigualdad social es evidente, los delincuentes sexuales se valen de la pobreza para involucrar a las víctimas, y su combate se debe hacer a manera preventiva, antes de que esta se presente, luego de ello, hacerle frente es más complicado.
Lo anterior es parte de la conclusión que la académica Laura Aguilar González, de la división de estudios sociales y económicos de la Universidad de Guadalajara, ha desarrollado tras 15 años de trabajo en este tema, donde dice, uno de los primeros obstáculos es la falta de aceptación por parte de las autoridades y la sociedad misma.
“El primer problema que se debe resolver es reconocer que existe la prostitución infantil, se debe hacer en conjunto gobierno y sociedad para dimensionar el problema, sí no se reconoce no se puede convertir”, señaló la investigadora, que considera que se deben generar políticas públicas que permitan contrarrestar la proliferación de este delito.
La prostitución infantil de pronto tiene tintes de monstruo invisible, que se desplaza de un lado a otro a la vista de todos pero que parece no ser captado por la mirada de nadie “hay percepción de que existen espacios (bares, hoteles) que promueven la prostitución infantil, aunque no existe un indicador que lo demuestre, esto debido a la clandestinidad de la situación”.
De lo que sí existe datos, es que los delincuentes van a la búsqueda de la desigualdad social, y se valen “sobre todo que haya leyes laxas y gobiernos corruptos, cuando hay esos elementos, ellos se mueven impunemente”, y a ese grado de infiltración se vuelve más complicado intervenir, pues mientras los organismos y autoridades desarrollan estrategias para detectarlos o impedir dicha práctica, estos grupos desarrollan también estrategias para evadir la autoridad y continuar sus operaciones.
La investigadora considera que se debe de trabajar en métodos de prevención, “sí nosotros habláramos de habilitar los parques públicos, crear programas de arte y cultura, estaríamos armando en cerco más poderoso contra la delincuencia, porque en un lugar donde la sociedad está unida, los delincuentes no entran”.
Mencionó que en el caso de Puerto Vallarta, han logrado entender tanto sociedad como gobierno, que el problema de la prostitución infantil no les es ajeno, y desde el sector social, gubernamental y académico, han logrado que se atienda como parte de las políticas públicas tanto el abuso infantil como la explotación sexual, que encuentra en las niñas, el sector más vulnerable.
Tras dimensionar el problema, en Puerto Vallarta - que al ser un espacio turístico incrementa los riesgos de enfrentar este problema - se han capacitado 40 empresas que se traduce en la preparación de más de 500 personas en el área de hotelería para que puedan implementar protocolos de intervención, una labor que aun no se desarrolla en el área metropolitana de Guadalajara.