Alejandro Soto Medrano, fotógrafo en Durango que se especializa en fotografía de animales, se familiariza con zoológicos y bioparques de todo el país para retratar a los animales.
Comienza un proceso de acercamiento con cada especie que va a fotografiar, visitandolos tres veces por semana. Debe conocer el carácter de cualquier animal. Incluso solicita que le permitan alimentarlos para que se acostumbren a su olor y en el momento de tomar la foto, logre la mejor pose de su comportamiento.
"Pues prácticamente conocerlos desde que son cachorros, si te quieres acercar, porque en cualquier momento se siente invadidos y van a cuidar su territorio, así sea desde un mapache hasta un león, y tiene que estudiar el comportamiento de cada animal".
Su trabajo ha sido adquirido por revistas internacionales para documentar la fauna en el mundo, donde verifican detalles sobre el proceso como la distancia del animal a la que se retrata y lo complicado que es conseguirlo
Recordó una situación en la que fotografiaba a un tigre joven que por poco lo muerde al jugar dentro de la jaula.
“Era un tigre nuevo, joven. Un tigre de seis meses que sólo quería jugar. Es como un cachorro que te le acercas y lo primero que quiere es que lo abracen y los acaricien. Eso fue lo que hice. Yo de aventado, porque no le tengo miedo a que me muerda. Si lo hace, para mí es algo del día. A eso me arriesgo. Pero para que entre a una jaula de un león es fácil de estar yendo seis meses cada tercer día”.