El Obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza consideró urgente depurar a todas las corporaciones policíacas, así como a "uno que otro político", con la intención de disminuir los índices delictivos en la capital de Guerrero.
La jornada del jueves, solo en la cabecera municipal de Chilpancingo se registraron siete asesinatos a balazos, lo que de acuerdo con el jerarca de la iglesia católica, forma parte de una serie de hechos que se pueden prevenir si se utilizan todos los mecanismos de inteligencia con que cuenta el aparato de Estado.
"Para resolver el problema de los crímenes que tenemos en el estado, lo más viable es intensificar la fuerza que tenemos en los sistemas de inteligencia, porque siempre es mejor prevenir que tapar el poso después del niño ahogado", anotó.
Consideró que tanto en Chilpancingo como en el resto de la entidad, siempre hay más gente positiva que negativa, de ahí que haya la expectativa de que las acciones de gobierno tienen amplias posibilidades de ser aplicadas con éxito.
Agregó que desde su perspectiva "a estos señores del crimen los tienen bien identificados. Creo que sí el Estado tiene el derecho y la manera de cómo frenar la ola de asesinatos".
Indicó que toda la población tiene el derecho de vivir con tranquilidad, de tal manera que todos tienen la obligación de participar, algunos con acciones directas y otros más con la denuncia ciudadana.
Enfatizó que no es parte del grupo de ciudadanos que plantean quedarse con las manos cruzadas ante la problemática que se enfrenta, pues no es la manera adecuada de colaborar con las instituciones encargadas de preservar la paz social.
Ante la posibilidad de que haya policías ministeriales, estatales, federales y hasta militares que colaboren como infiltrados de la delincuencia organizada, el obispo destacó:
"Lo que se necesita, sin lugar a dudas es la depuración de esas instituciones, incluidos uno que otro político".
