El establecimiento de acuerdos entre los productores agrícolas y apicultores, así como la capacitación a personas que se integren a la actividad, son aspectos que deben ser motivo de análisis y posteriormente conformar un proyecto integral para preservar la apicultura en la Región Lagunera.
Entre los productores apícolas locales, también hay mujeres que han visto en la actividad una forma de vida y de ingresos, para el sostenimiento de su familia.
María Guadalupe García, quien desde hace varios años se dedica a la apicultura, ahora está inmersa en la problemática que vive el sector ante la desaparición de las abejas.
Señaló que el recurso recibido de un millón 600 mil pesos, permitirá repoblar 2 mil 260 núcleos, con beneficio para entre 64 a 65 productores, sin embargo, es un paliativo para reforzar la población de abejas.
Lo anterior debido a que en las hectáreas de cultivos de la Comarca Lagunera, continúa el uso de pesticidas fuertes, que para los aplicultores, representa el principal motivo de la desaparición de las abejas.
[OBJECT]Destacó que de continuar con estas prácticas, también permanecerá el problema con la muerte del insecto.
Desde su forma de ver, es necesario conformar un proyecto integral en que existan acuerdos entre los agricultores y los apicultores, para evitar que la actividad continúe reportando bajas.
El primer paso ya lo dieron, pues acordaron con la junta de sanidad vegetal que se informaría a los productores apícolas sobre la fecha en que llevarían las 10 aplicaciones de químicos establecidas para este ciclo agrícola en las hectáreas cultivadas de algodón.
Esto permitirá que pongan en marcha algunas acciones para proteger sus colmenas, aunque destacó que el efecto permanece en el medio ambiente por varios días "y sin duda van a perjudicar", externó.
De igual forma, esto permitirá que los apiarios, en caso de que estén a corta distancia del área donde aplicarán insecticidas, puedan moverse.
Por lo pronto, señaló que entregarán un padrón de las colmentas así como su ubicación con la finalidad de que se conforme un mapa territorial, y en el futuro evitar prácticas de fumigaciones cercanas.
Para María Guadalupe García, la alternativa más adecuada es que a través de la Sagarpa, se implementen medidas para restringir el uso de insecticidas.
Parte de este proyecto integral, también considera que debe contemplarse las capacitaciones a nuevos productores apícolas, esto debido a que muchos desconocen normas y medidas a implementar para realizar la actividad.
JFR