Entre retrasos, conflictos internos y acuerdos con la autoridad, llegó la modernidad a tres mercados de la Ciudad de México: Santa Cruz Atoyac, Beethoven y Río Blanco.
Aunque solo el de Santa Cruz Atoyac, ubicado en la delegación Benito Juárez, está funcionando, a más tardar en marzo los de Río Blanco y Beethoven, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc, respectivamente, abrirán sus puertas con nuevas instalaciones.
"Quedó muy bonito, se ve artesanal, muy cultural, tipo mexicano, se ve más limpio y más cómodo", dijo María de Jesús Hernández, visitante asidua al mercado de Santa Cruz Atoyac.
Y es que este lugar marca una diferencia con el resto de mercados de la ciudad. Por ejemplo, un gran reloj enmarca la entrada principal. Toda la fachada está recubierta con un material que asemeja a la madera y con letras se anuncia el nombre del mercado y todo lo que ahí se puede encontrar.
La imagen de los 100 locales está homologada, luce más limpio y ordenado, se cambiaron instalaciones eléctricas, drenaje y gas. Y aunque la obra, que costó 18 millones de pesos, se entregó con 11 meses de retraso, los locatarios están felices.
"La remodelación consistió en demoler la mayoría de los locales que se llaman islas, retirar pisos e instalaciones eléctricas, se reconstruyó. Estamos tratando que todo lo que se ve aquí represente un beneficio, pues tuvimos un año difícil por las obras, pero esperamos que la imagen nos lleve a una mejor posición", expresó Javier Bellazetín, secretario general de la mesa directiva del mercado.
En la Ciudad de México se tienen contabilizados 329 mercados públicos y desde el inicio de esta administración se han destinado recursos para su modernización.
Tan solo el año pasado se destinaron 70 millones de pesos para mejorar la infraestructura y equipamiento de los mercados.
Las delegaciones tienen que presentar proyectos para que desde la Secretaría de Desarrollo Económico se aprueben y comiencen las obras en conjunto.
En el mercado de Río Blanco fue necesario reconstruir todo el lugar luego de que en 2014 una granizada lo destruyera. Aquí la inversión fue de 36 millones de pesos.
La primera evidencia de su remozamiento es la techumbre, que ahora es en forma de arco y que favorecerá la iluminación. Además, cada local de cárnicos cuenta con una pequeña cámara de refrigeración y se habilitó un doble drenaje para el agua de lluvia y los desperdicios de los comercios.
"Nos va a llevar a las perspectivas de venta, sí ayuda, pero la verdad todo depende de nosotros, de ponerle entusiasmo y tratar bien a la clientela, pues es lo primordial. Considero que va a ser un éxito, pensamos competir con lo que sea, venimos con todo", expresó el comerciante Juan Torres.
Y es que uno de los planes de los 454 locatarios es unirse para comprar terminales puntos de venta para hacer cobros con tarjeta.
El único inconveniente que ven los comerciantes es que la autoridad no construyó los locales y tendrán que hacer las obras con dinero propio, por eso comenzará a funcionar el mercado hasta finales de febrero.
"Nosotros vamos a levantar una plancha. Mi giro es la barbacoa, tacos, consomé y voy a hacer una plancha para atender a mis clientes y un mostrador para la barbacoa. Nos lo dejaron en obra negra prácticamente", se quejó Lina Ríos.
Mención aparte merece el mercado Beethoven. Aunque las obras están concluidas, apenas la siguiente semana empezarán la mudanza por un conflicto interno entre locatarios.
Y es que se acordó que la autoridad pusiera 80 por ciento de los recursos y los comerciantes el resto para renovar la techumbre, piso, instalaciones eléctricas y drenaje, pero un grupo se negó a hacerlo. Esperan empezar, la otra semana, a abrir locales y a reacondicionarlos.
El mercado Beethoven tiene una inversión de 12 millones de pesos. También se cambiaron el techo, wl piso y las instalaciones eléctricas e hidráulicas.
"Imagínate estar un año y ocho meses afuera, todas las inclemencias, lluvias, malos olores, era una necesidad estar adentro, fue cuando llegamos a ese acuerdo de 80-20 y la mayoría de locatarios decidimos aportar", explicó el comerciante, Jesús Rodríguez.