La Central Camionera de Torreón siempre se mantiene activa. Pero en este periodo vacacional el andén se llena de familias que despiden a sus seres queridos luego de pasar una temporada visitando la ciudad.
Es el caso de Elena Pérez quien a pesar de tener 34 años luce mucho más joven. Ella tomó carretera para llegar a Torreón con sus hijos, presencia que resultó un regalo para sus papás.
“Voy de regreso al puerto de Veracruz, allá vivo porque mi esposo trabaja allá. Vine a ver a la familia y ya voy de regreso, estuve 28 días y vine con mis hijos para que pasen las vacaciones con los abuelos y ahorita vamos ya de regreso y a ver qué les pongo a hacer porque todavía falta mucho para que se acaben las vacaciones”.
Con un mes más de vacaciones, Elena dijo que en Torreón visitó seres queridos así como algunos sitios donde pudieron disfrutar la comida local.
“Hicimos de todo, nos fuimos a visitar a los amigos, a comer gorditas, a comer pozole, todo lo que no encontramos por allá; los niños se la pasaron bien, los llevamos al bosque, a Cristo de las Noas. El teleférico estuvo bien, está cortito a comparación del de Orizaba, pero está bien. Nosotros vivimos abajito del cerro, en la colonia Primero de Mayo", comentó entusiasmada.
“Lo que más extrañamos es el sabor, los lonches, todo, yo me llevo hasta las yerbitas de olor porque allá no hay, llevo de todo: tortillas de harina y bueno, las maletas van llenas. Llevo mi guardadito con un Cristo de las Noas para hacer un regalo”.
En el andén también se encontraba Karla Ramírez, originaria de Nogales, Sonora, quien de Ciudad de México regresó al norte, tocando tierras laguneras para finalmente reencontrarse con su estado natal.
“Soy de allá y estoy aquí de paso. Estoy esperando el camión. Yo vengo de Ciudad de México, allá vacacioné como veinte días, la ciudad se mira tranquila: fuimos mi esposo y yo a muchas partes: al museo, a la Villa, y nos quedamos en un hotel. El viaje estuvo muy bien porque hay mucho que ver”.
Aunque las historias familiares se entrecruzan, también existen viajeros solitarios, como Maricela Jiménez, quien es una usuaria frecuente de la Central de Autobuses de Torreón, donde cada vez sufre el que no se tenga estacionamiento para los clientes.
“Seguido viajo y a mí no me parece justo que no haya estacionamiento para quienes viajamos constantemente. Cada vez que vengo tengo que dejar el coche como a dos o tres cuadras y aquí no son cuadras chiquitas. Dejo el carro y me tengo que venir caminando a veces con el sol encima o a veces en la noche y a mí eso no me parece justo", externó.
“En todas las demás ciudades hay estacionamiento para los usuarios a bajo costo pero aquí prefieren mantener cerrada el área que tienen a un lado que abrirla para que la gente nos podamos estacionar”.
Pintada la cordonería de amarillo, el estacionamiento enfrente tampoco es posible debido a que es para los clientes del mercado de abastos.
“Todo está pintado de amarillo, no puede uno estacionarse y aquí también prefirieron poner cordón pero sólo para que uno pase. Yo viajo por trabajo y familia, lo hago frecuente. Yo voy a poner mi queja y hacer volantes porque tenemos derechos”.