El dirigente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos (LCASC), Evencio Romero Sotelo cuestionó la forma en que de manera sistemática el obispo Salvador Rangel Mendoza confronta al gobernador Héctor Astudillo, principalmente por el tema de la inseguridad.
De acuerdo con el dirigente de la LCASC, la forma en el que jefe de la iglesia católica maneja el tema de la inseguridad no es prudente ni correcta, porque si bien gana espacios en los medios de comunicación, no garantiza mayor tranquilidad para la población.
De hecho, dijo que el tono que suele utilizar el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, en muchas ocasiones representa una falta de respeto a la investidura de los jerarcas de la iglesia católica, que generalmente buscan la comunión armónica de la sociedad.
Recordó que la iglesia es una institución de muchos, no solo de quienes forman parte de su estructura dirigente, razón por la que sus representantes tienen la obligación de guardar las formas mínimas de cortesía en su relación con las instituciones del poder público.
En relación a la polémica que generó el manejo de la información derivado del asesinato de dos sacerdotes, Romero Sotelo consideró como un exceso el hecho de exigir una disculpa pública de parte del gobierno estatal hacia el obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa.
Recordó que tiene más de tres décadas de conocer al actual jefe del Ejecutivo local, Héctor Astudillo Flores y señaló que no se trata de un servidor público que pierda la compostura, "es una persona con mucho oficio político, aunque en momentos tensos no lanza expresiones ofensivas".
Romero sostuvo que la forma en que el obispo Rangel maneja el tema de la inseguridad, más que abonar a la unidad social en Guerrero genera, una polarización innecesaria.
Por el contrario, reconoció la mesura con la que en su momento procedió el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, quien en el inicio de la semana buscó la forma de suavizar una polémica que amagaba con crecer, pero que se logró controlar a partir de una reunión que se desarrolló en la residencia oficial Casa Guerrero.
MMR