En medio de basura que los derechohabientes botan en plena calle, el cordón cuneta que circunda la clínica número 46 del IMSS arrastra agua de drenaje y de las pasadas precipitaciones pluviales, dejando una estela de olor a excrementos en el viento.
Sentados en el parabús, los esposos Sandra López Loera y Heriberto Pérez Sánchez, indicaron que es constante la presencia de aguas negras en las inmediaciones de la clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social pero las autoridades municipales y del hospital no han impulsado una remediación.
"Entre ese enorme charco están las alcantarillas. Debería venir en un día hábil porque esto se llena de vendedores, muchos con comida, y ya se imaginará".
Mientras esperan que pase el autobús que los conducirá a su domicilio, esta pareja precisa que debido a que es una parada constante, ellos han visto el charco como algo a lo que ya se acostumbraron. Sin embargo lo que más les desagrada es su olor.[OBJECT]
"Fíjese, ahorita queríamos comernos un pedacito del pastel que traemos, pero mejor nos esperamos a llegar a la casa".
"Aquí siempre está lleno de basura y de un montón de palomas y chanates que vienen a comerse las sobras, parece que son los únicos que limpian aquí", dijo Sandra entre risas.
De esta manera sobre la calzada Agustín Castro los peatones confirman que la laguna de agua negra en las inmediaciones de la clínica es un asunto viejo del que nadie se hace cargo.
El señor Manuel Gloria explicó que la situación se agrava en épocas de lluvia porque el agua negra corre por el cordón, junto a la banqueta y los derechohabientes entran al hospital con los zapatos llenos de inmundicia.
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