"Uno va y viene pero se queda al final en la ciudad por un mejor modo de vivir, porque los papás tratan de darles mejor atención y educación (a los hijos) para que no pasen lo que ellos han pasado".
"Porque en la sierra la gente vive del alimento de temporal: maíz, frijol y calabazas. Cuando no hay ayuda federal ni temporal, por el frío, venden sus animales, ya sean chivas o vacas".
Como líder de su comunidad, Antonio Rodríguez va hilando la historia con la imagen del tarahumara que sufre.
La expulsión territorial transformada en migración, producto de la amenaza y el hostigamiento se vuelve inminente.
Primero buscando nuevos sitios en la sierra y luego hacia las ciudades ante la rentabilidad económica que le representa al gobierno y a los empresarios el "turismo ecológico" en las Barrancas del Cobre.[OBJECT]
"Yo tengo familiares en Urique. Yo me pongo a ver los documentales en la televisión donde se ve la tirolesa y el teleférico, todo eso".
"Ellos se hacen ricos con la gente que vive abajo, la gente va y se maravilla de la naturaleza pero la naturaleza no puede ser una maravilla si no vive la gente".
La madre de Antonio bajó de la sierra buscando nuevos horizontes. Y él la recuerda lavando platos y pidiendo dinero.
Porque la mujer y el hombre tarahumara piden ayuda pero igual buscan trabajo sin utilizar a sus hijos.
Así fue que conoció La Laguna, región fundada por municipios de Durango y Coahuila y que tiene a Torreón como eje de su zona metropolitana. Torreón golpeado por la inseguridad, pero también por la discriminación social.
"Se dice que los tarahumaras explotan a los niños, o la gente piensa que utilizamos a las mujeres como se hace en algunos pueblos del sur de México".
"Por eso cuando llegamos a algún evento, vamos siempre separados para que no se piense mal. Pero sí hay gente (indígenas) del sur, a quienes (en La Laguna) les piden cuota o comisión de los niños para pedir", aseguró Antonio.