Una víctima de pederastia dio a conocer los secretos sexuales que se esconden tras las paredes de las iglesias y los seminarios de la Diócesis de Saltillo, asegurando que los retiros espirituales religiosos han servido para reclutar víctimas.
El hombre de 33 años de edad, quien se mantuvo en el anonimato, es parte de una investigación que realiza Aída Badillo, activista defensora de los derechos humanos, quien proporcionó un audio, con una duración de 50 minutos, de la conversación con la víctima, donde se destapa la presunta red de corrupción de menores en la Diócesis de Saltillo.
Los primeros 10 minutos el tema es sobre cómo “Alexis” tuvo su acercamiento con esta red de corrupción, según declaró desde los 13 años inició en grupos juveniles en la comunidad católica a la que pertenece.
[OBJECT]A los 14 años asistió a un retiro espiritual, en la época decembrina, que se realizaba en el Seminario Menor, en la ciudad de Saltillo, a donde además acudían jóvenes de todos los municipios del estado, que eran dirigidos por sacerdotes de la diócesis y auspiciados por los mismos presbíteros de sus comunidades.
Aunque debiera ser un retiro para el despertar de la vocación sacerdotal, las “bromas” de los guías espirituales para con los jóvenes llegaban hasta “darles nalgadas cuando estaban desnudos, bañándose en las regaderas”.
“En el Seminario Diocesano las relaciones entre los mismos seminaristas era algo muy común (…) yo pertenecía a un movimiento nacional que se llamaba Circulo del Espíritu Santo y de la Cruz, hasta los 26 años dejé de ir a ese grupo de la iglesia”.
Fue en ese grupo que un sacerdote se le acercó para proponerle sostener relaciones sexuales cuando tenía 17 años, sin embargo admitió haber accedido a las propuestas del presbítero, calificando la experiencia como “extraña” pues sabía que no era correcto, sosteniendo relaciones en varias ocasiones.
“Nuestras reuniones eran para cuestiones del grupo, teníamos reuniones de manera semanal, sin embargo en una ocasión entre sí, entre no, en la oficina se me empezó a acercas más, más, más, cuando menos lo pensamos estábamos los dos de frente, dijo que no era correcto, me dio un beso y yo se lo respondí y pasó lo que tenía que pasar (refiriéndose a la relación sexual), en la oficina de la iglesia”.
Los encuentros pasaron de la oficina de la iglesia a moteles, sin que a nadie le pareciera extraño el acercamiento entre el sacerdote y el adolescente.
“Alexis” consideró que este modelo de atracción a las redes de corrupción continúa hasta la actualidad, sin embargo los jóvenes que hora acceden lo hacen por un interés económico, pues saben que pueden obtener cierta “solvencia”.
En sus declaraciones confirmó que el activista de la Comunidad LGBTI, Carlos Llamas, reclutaba adolescentes que se prostituían para llevarlos a grupos religiosos con el Padre Robert Cougan, responsable de la Pastoral Penitenciara, quien además, dijo, que se ha declarado abiertamente “activo”, para de ahí ser contactados con otros sacerdotes para sostener relaciones sexuales.
“La iglesia siempre ha sido así, pero como que Vera (el Obispo) vino a traer más libertinaje, era más escondido, era bien raro, pero ahora ya hay más libertinaje, es más el descaro, de un sacerdote”.
Reveló que con el paso de los años sus experiencias sexuales no sólo era con grupos de Diocesanos, sino que se extendieron con Frailes, calificando a los primeros como “promiscuos y libertinos”.
Mientras que las otras órdenes religiosas son mucho más cuidadosas en estos temas, pues se tiene mayor control de sus integrantes y de quienes colaboran con ellos.
En la parte final de la grabación Alexis señaló que no estaría dispuesto a declarar ante las autoridades, como la Fiscalía General de Justicia, pues el temor a la “mafia” que es la Iglesia Católica es muy fuerte.
[OBJECT]“La iglesia es un juego de poder, es una mafia, lo poco o mucho que yo viví dentro de la iglesia, supe que es un juego de poder, no les convienes te vas, te desapareces, tienen que silenciarte de cierta manera para no quedar mal ellos, fue lo que pasó con el Padre Gofo, peroél ya se hizo famoso y por eso no lo han podido silenciar por completo”.
Aída Badillo estimó que pudieran ser más de 60 jóvenes, menores de edad, que posiblemente pudieran haber sido víctimas de la red de corrupción en la Diócesis de Saltillo.
Hizo un llamado a las víctimas para que hagan sus denuncias ante la Fiscalía General del Estado y que se pueda tener justicia y terminar con esta red de pederastia.
Asimismo aseguró que, en cuanto concluya sus expedientes, entregará a las autoridades las investigaciones que ha realizado sobre este tema, para que se abra una carpeta y se procesa penalmente.
rcm