“Bosque Diamante”, es un proyecto inmobiliario que prevé construir 19 mil 985 viviendas y un desarrollo comercial de 12 hectáreas en una superficie total de 238 hectáreas en el municipio de Jilotzingo, ubicado al noreste del Estado de México, lo que implicaría deforestar 200 mil árboles en un bosque de encino bien conservado en la Sierra del Monte Alto, colindante con Atizapán, Naucalpan y Huixquilucan.
Habitantes de las comunidades San Miguel Tecpan, Espíritu Santo, Santa María Mazatla y San Luis Ayuca denunciaron que el 1 de agosto de 2017, la Secretaría de Desarrollo Urbano y Metropolitano del Estado de México publicó en la Gaceta del gobierno, la autorización para llevar a cabo el conjunto urbano denominado “Bosque Diamante”, promovido por Ricardo Funtanet Mange y Alejandro Eugenio Pérez Teuffer Fournier, en calidad de representantes legales de la empresa Bosque Avivia 58.
Tras revisar el proyecto, ejidatarios y expertos acusan irregularidades en la autorización del proyecto, que afectaría a una biodiversidad de mil 500 especies de plantas y animales que habitan en la zona, algunas en riesgo, como el ajolote de las montañas.
Además, aunque el municipio dio su aval, los terrenos se encuentran en disputa, y existe un expediente abierto ante la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, señaló Rubén Mayen, ejidatario de San Luis Ayucan y ex presidente municipal de Jilotzingo.
“En 1989 apareció un supuesto propietario que mandó a detener a algunos campesinos que se encontraban labrando la tierra y de ahí empezó un conflicto agrario y a la fecha no se ha determinado quién tiene la razón. Nosotros tenemos la posesión, pero jurídicamente no se ha determinado, aunque sí tenemos documentos de la entonces Secretaría de la Reforma Agraria que certifica que son nuestras tierras. La disputa era con Francisco Rojas Pinedo, hoy sabemos que vendió a los fraccionadores y no sabemos contra quién estamos, apareció que son empresas que crearon los fideicomisos para el desarrollo”.
Los habitantes también demandan la transparencia del proyecto, pues no han podido tener acceso a la Manifestación de Impacto Ambiental que debió expedir la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales; y el municipio ni si quiera realizó la consulta púbica que debió abrir a la población.
“Sabemos que hay faltas a la ley en todo ese territorio, hace dos periodos municipales se hizo un cambio de uso de suelo en bosque natural. Cambiaron la densidad de 3 viviendas por hectáreas, a 90 viviendas por hectárea. Es una densidad catastrófica, según la ley tendría que haber consulta pública ciudadana, nunca se hizo en Jilotzingo esa consulta, están fuera de la ley”, reclamó Rubén Mayen.
Al considerar que “es absurdo querer construir un residencial en el bosque”, especialistas emprendieron una petición para echar atrás el proyecto, a través de la plataforma Change.org, denominada #NoDeforestaciónXResidencialBosqueDiamante, que ya suma 81 mil 923 firmas, dirigida al presidente Enrique Peña y al titular de Semarnat, Rafael Pacchiano.
“La gente pregunta cuántas firmas nos faltan para que ya se impidan, pero este no es un instrumento legal, sino para que la gente se entere y que los tomadores de decisiones se den cuenta de que hay mucho descontento con el proyecto”.
AJE