El cambio climático dentro de las organizaciones debe ser abordado como un problema no de altruismo o compromiso social, sino un factor de riesgo financiero que impacte las utilidades y ganancias de las empresas, advirtió Jesús González, socio de Asesoría en Sostenibilidad, Gobierno Corporativo y Administración de Riesgos de KPMG en México.
En entrevista para Notivox Monterrey, González insistió en la importancia de que las compañías de cualquier tamaño en México aborden el tema como una estrategia de negocios, ya que finalmente el cambio climático presenta cambios impactan a las empresas sin importar sus operaciones o giro.
“El cambio climático es algo que está afectando el ambiente de negocios. Es mucho más que cuidar el planeta, es un tema que está afectando el dinero, las utilidades y permanencia de los negocios, de marco regulatorio, de retorno de utilidades, de inversión, reputacional, y que desgraciadamente no todos lo ven. Y no lo hacen por altruistas o por buenos. Los pequeños no se dan cuenta que no importa su tamaño, se ven afectados por los cambios de precios, y tienen que ver cómo abordar el tema.
“Los reguladores cada vez más están encima de esto porque tiene un efecto en la economía del país y bienestar social, y lo tienen que hacer. Es la tendencia mundial, lo pueden hacer a su ritmo, despacio, con inversiones lógicas. El que lo hace al último, se va a ver afectado. Y éste es el efecto en el sector empresarial”, aseguró.
En México, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el 1.8 por ciento de las empresas es medianas, el 1.2 es grande, y el 97 por ciento es micro o pequeñas, y son justamente estas últimas las que no han dado la importancia necesaria al tema de cuidado del medio ambiente.
Aunque se considera que son las grandes empresas, la industria más grande, la que más impacta al medio ambiente, es importante considerar que la mayoría de las empresas en México son las de menor tamaño, insistió González.
Y son las últimas que están tomando medidas de responsabilidad social de este tipo.
Como ejemplo, el especialista explicó que los cambios en el mundo en cuestión climatológica terminan impactando a las empresas en maneras que éstas no detectan: puede ser el incremento en huracanes, modificaciones en las temperaturas, temporada de lluvias, más calor o heladas que afectan a empresas en estas regiones, o en otro caso, impactan los precios de los insumos.
También la dependencia a la energía generada con métodos tradicionales (carbón, petróleo) puede tener impactos como la inestabilidad al acceso a ésta (en México se ha reportado en los pasados meses desabasto de gasolinas, e incluso en Monterrey recientemente se tuvo un apagón en toda la ciudad que afectó a la industria local).
La transición energética traería beneficio a este tipo de solución, detalló González. Buscar proveedores de energía sustentable o verde, que además les traería ahorros.
Aunado a esto, está el tema de reputación entre las comunidades, que tiene dos respuestas: evita que se clausuren o paren operaciones por problemas de impacto al medio ambiente de las comunidades; y el interés por parte de inversionistas que buscan empresas socialmente responsables.
De acuerdo con González, en México operan ya leyes de cambio climático y los reguladores estarán revisando las emisiones de carbono de las empresas, y obligando a que estas se reduzcan, a partir de los compromisos internacionales que tiene el país.