Jesús de niño fue víctima de las drogas desde los 10 años, integró grupos de pandillas por más de 15 años.
Con 35 años de edad, actualmente reconoce que nunca fue un delincuente a pesar de haber integrado varias pandillas.
“Los drogadictos son presa fácil de las bandas delictivas, por el dinero y por drogas haces lo que sea” declaró el expandillero, quien logró reformarse en varios centros de ayuda mutua en Guadalajara, Culiacán y León.
“Me despidieron de muchos empleos, al no contar con dinero cometí delitos como robar a mi familia, otros compañeros hasta vendían droga, lo hacíamos porque necesitábamos tener dinero para seguir drogados, uno puede hacer cualquier cosa” declaró.
Originario de Guadalajara, vivió un tiempo en Culiacán, Sinaloa, donde el crimen organizado está muy relacionado a los pandilleros.
“Por fortuna logré alejarme de esa ciudad, allá se escuchan muchas cosas de la relación entre pandilleros y grupos delictivos, a mi no me gustó ese camino y me regresé a León” comentó el expandillero.
Recordó que la rivalidad entre pandillas siempre ha existido, lo único que ha cambiado es en los últimos 25 años es el tipo de droga que ahora se consume y quienes la forma de distribuirse.
“Antes eran pastillas y marihuana lo que consumíamos, la cocaína sólo era para quienes tenían dinero para comprarla, hoy en día las drogas sintéticas dominan el mercado” enfatizó.
Reconoció que en León, en los últimos diez años la venta de drogas ha crecido debido a que existen más consumidores en todos los estratos sociales y pandilleros que además de consumirlas, también las distribuyen.
Actualmente se dedica a laborar como obrero en esta ciudad, la mayor parte de su familia se encuentra en Guadalajara.
“Por fortuna en León la gran mayoría de los pandilleros son ladrones convencionales, muchos tienen miedo entrar a los grupos criminales, por que entrar es fácil, salir no se sabe” concluyó Carlos.
