Juan Manuel Estrada Juárez, activista que inició su trayectoria buscando niños robados y desaparecidos, para virar luego a la defensa de derechos humanos, se convirtió en el primer jalisciense en ser nominado al Premio Nobel de la Paz 2018, gracias a su trabajo de defensoría en causas tan disímbolas como la protección de pescadores en Colombia o de refugiados saharauis. En entrevista con MILENIO, quien fue Premio Nacional de Derechos Humanos 2014 habla de esta labor en solitario y de su proyecto de Reconciliación nacional para devolver la paz a México y resolver la crisis humanitaria que hoy lo distingue por sus miles de personas asesinadas y desaparecidas.
¿Qué pasó por su mente al conocer que fue admitida esta nominación al Nobel de la Paz?
"Es un doble sentimiento. Me da mucho gusto que una universidad de gran prestigio, gobiernos de otros países, organizaciones internacionales, reconozcan un trabajo que también ha sido visibilizado por instancias nacionales como la CNDH, pero no así en mi ciudad (Guadalajara). El simple hecho de estar nominado me basta para sentirme orgulloso, pero aquí como que no se han percatado de la gran cantidad de recomendaciones que hemos logrado en defensa de derechos humanos, como sesenta en todo el país, y que no solo fueron en favor de las víctima directas, sino que muchas de ellas sentaron un precedente".
Esa labor inició con la Fundación de Niños Robados y Desaparecidos ¿Cómo llega hasta aquí?
"Sigo trabajando el tema de niños desaparecidos, pero los problemas sociales que ahora tenemos nos obligaron a meternos en muchas otras luchas... El primer caso de pornografía infantil por internet en América Latina lo denunciamos aquí en Jalisco; la sentencia más fuerte que ha recibido un tratante de personas, Noé Quetzal Méndez Guzmán, salió también de Jalisco. Lo visibilizamos aquí, fue sentenciado a noventa años en la ciudad de México porque aquí no se resolvió nada... las adopciones internacionales ilegales de menores es otro tema que sucedió en Jalisco fue atraído por la PGR. Lamentablemente prevaleció la impunidad. El que la hizo no la pagó. Y yo me gané muchas enemistades que hasta la fecha prevalecen y tratan de cerrarme el paso".
¿Por cuestionar la actuación de autoridades?
"Básicamente, pero esto no es personal. Yo señalé hechos. Hubo complicidades, abusos de autoridad. La CNDH lo acreditó, yo solo no estuve de acuerdo con una resolución y me llevé mis quejas a otra parte, porque me asiste ese derecho".
¿Y a veinte años de esas quejas que presentaste se frenó el tráfico de menores vía adopciones en Jalisco?
"Yo creo que se paró. Lo que no hemos parado es el grave error de haber dado facultades a las Procuraduría del DIF, no pueden ser juez y parte en materia de adopciones... Hasta el día de hoy el tema de las adopciones en México es cuestionable. Tenemos el caso de Sonora, que es de pararse los pelos: lo que pasó con menores de edad aquí no se ha registrado en ninguna parte del mundo. Debemos tomar el ejemplo de Guatemala, el que la hace la paga y aquí no, aquí hay una recomendación porque la PGR ha sido omisa en protegerlos. Se habla de 800 menores".
¿Cuál es el mayor problema hoy de Derechos Humanos en México?
"Uno muy grave es el tema de los desaparecidos. El Estado está en deuda con las madres de miles de desaparecidos, con los padres de miles de desaparecidos, con la sociedad. Es un tema que debe incluirnos a todos, no sólo a ciertas organizaciones, sino a todos los ciudadanos. Y por supuesto, no es ni debe ser bandera de nadie, de ningún partido político. Yo hago un llamado al gobernador de Jalisco para que designe como titular de la Fiscalía (especializada en personas desaparecidas) a la mejor persona y definir rumbos".
¿Cuál es el camino a seguir tras esta nominación al Nobel de la Paz?
"Lo he señalado ya en diferentes foros. En México no estamos en guerra, tenemos problemas de delincuencia organizada, de cárteles de droga, pero no es una guerra civil ni tenemos un guerrilla. Requerimos una reconciliación nacional, a unirnos como país. Necesitamos recuperar la paz... En el camino para la paz la sociedad civil es parte fundamental y el gobierno debe trabajar con la sociedad civil, no hablo de organismos hablo de la gente... Debe acompañarse este proceso de alto a la impunidad, de una impartición de justicia clara y de aplicación de protocolos. Creo que debemos construir un modelo mexicano".
¿Lo apoya algún partido o candidato presidencial?
"Ninguno en lo absoluto. Este movimiento de reconciliación lo estoy proponiendo desde la sociedad y estoy buscando a todos los Premios Nacionales de Derechos Humanos para tener una reunión para sumar apoyos. ¿Por qué ellos? Porque son referentes en todo el país, son defensores de migrantes, de desaparecidos, de muchísimos temas. La propuesta la he tratado con organismos empresariales como la Cámara Nacional de Comercio de la Ciudad de México, que en un altísimo grado de corresponsabilidad social apoya la candidatura para que nuestro país sea sede de la Cumbre Internacional de Premios Nobel de la Paz... gane o no gane yo. Tenemos que sembrar esa paz. Lo hizo Malala cuando nos visitó, seguro tendremos mucho que aprender".
SRN