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Déficit de atención, trastorno biológico y 80% hereditario

El trastorno no es exclusivo de los niños, ya que hasta en 60% de los casos continúa en la edad adulta, etapa donde las disfunciones son mayores, señala especialista.

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es uno de los padecimientos que causan más estigma durante la infancia, etapa en la que siempre se origina: niños regañados, maltratados y segregados a causa de algo que pasa por 'mal comportamiento', mala crianza de los padres o peor, rebeldía del chico que suele ser castigado sin entender que no está en sus manos concentrarse o contener su impaciencia o impulsos. La ciencia misma lo confinó durante años como un trastorno de la conducta, lo que influyó en la estigmatización. "Ya con la evidencia científica que tenemos en la actualidad podemos afirmar que se trata de uno de los trastornos del desarrollo cerebral, dentro de la misma clasificación donde está el autismo y los trastornos del aprendizaje", aseguró el paidosiquiatra Leonardo De Benito Avendaño.

"Tiene una muy clara causa biológica y un gran componente genético. Es una de las enfermedades con mayor índice de ser heredada, de .8, esto nos dice que 80 por ciento de las causas de su origen son genéticas por lo que existe de tres a cinco veces más riesgos de padecerlo si se tienen familiares con TDAH. Es más elevado que enfermedades como el asma, el cáncer de mama, de próstata y hasta la esquizofrenia", refirió el entrevistado a Notivox JALISCO.

El especialista en Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia por la UNAM precisó que el TDAH no es un padecimiento exclusivo de la niñez, como suele creer la mayoría. El 60 por ciento de los casos van a continuar en la vida adulta, si bien, los síntomas cambian al paso de los años y por eso se cree que se cura. No es así. Uno de los síntomas que desaparece, generalmente desde la adolescencia, es la hiperactividad, refirió.

El TDAH tiene varias presentaciones: nada más inatento; nada más hiperactivo-impulsivo, que es mucho más frecuente en menores de seis años o la más común, que es la combinada. Se puede iniciar con uno y luego presentar otro.

"En general de cinco a ocho de cada cien niños lo presentan", lo que en poblaciones urbanas nos da idea del gran problema de salud pública que es este trastorno", dijo el paidosiquiatra, tras subrayar la importancia de un buen escrutinio para llegar a un diagnóstico y no confundir el TDAH con otros problemas que pueden ocasionar hiperactividad en el menor, como la falta de sueño o ser víctima de abuso. Ante un caso sospechoso (ver listado anexo) se debe hacer un historial completo del niño e indagar sobre su comportamiento con distintas personas y ámbitos. Y por supuesto indagar directamente sobre otras personas con problemas de aprendizaje en la familia, aconsejó.

"El TDAH no lo podemos diagnosticar con pruebas de laboratorio u otros estudios, que sin embargo sí se solicitan para descartar otras posibles causas de la inatención o la hiperactividad, por ejemplo el mal metabolismo de los azúcares, entre otras", enumeró.

Una vez confirmada la enfermedad, el tratamiento busca mejorar la sintomatología, disminuir la disfunción y atacar las co-morbilidades conductuales, emocionales, de aprendizaje, autoestima, coordinación, que presentan hasta ocho de cada diez niños con TDAH. De acuerdo con el especialista, la terapia adecuada brinda la posibilidad de remisión de todos los síntomas hasta en un 40 por ciento en la adolescencia y primeros años de la juventud.

Para ello, el mejor tratamiento es multimodal: con fármacos, terapia psicológica para el manejo conductual y de emociones y de rehabilitación psicomotora. No todas las clínicas de salud mental del gobierno cuentan con esta oferta, que en lo privado es costosa, por lo que el tratamiento estándar se enfoca en integrar a los niños con TDAH a sus actividades escolares, familiares y sociales.

A propósito el doctor Leonardo De Benito señaló que el tratamiento farmacológico de elección, a base de estimulantes, siempre ha estado rodeado de estigma, debido a que tiene resultados inmediatos. "Impacta mucho a los maestros y a los padres de familia, ver a su niño inquieto, hiperactivo, impulsivo, de repente que ya no es así: está sentado, tranquilo, viendo la tele o haciendo cualquier otra cosa", apuntó.

El especialista explicó que éste es un efecto temporal de la medicina, cuyo uso también es limitado a un tiempo y tiene el objetivo de que el niño pueda tener mejor desempeño académico. Un efecto secundario real, si se administra cerca del horario de dormir, es el insomnio, dijo; pero descartó que provoque adicción.

Finalmente, no tratar el TDAH por ignorancia o falsas creencias tiene mayores repercusiones.

"La gente con este trastorno en la vida adulta tiene más probabilidades de desarrollar problemas de aprendizaje, de ansiedad, de abuso de sustancias y de control de impulsos... son proclives a tener accidentes y descuidos, son inestables emocionalmente, tienden a tener muchos problemas de pareja y tienen baja autoestima... todo consecuencia de esta inatención", resaltó De Benito Avendaño.

El TDAH puede tratarse en la edad adulta pero para entonces las disfunciones son mayores, puede haber problemas de alcoholismo, de otras adicciones, de personalidad, y más difíciles de tratar que los problemas en la infancia; de ahí la invitación a buscar ayuda profesional para esos pequeños acusados injustamente de mal comportamiento.

Claves
El TDAH

  • Es un trastorno del desarrollo neurológico, de inicio siempre en la infancia, que suele ocasionar un impacto muy negativo sobre múltiples áreas de funcionamiento
  • En un elevado porcentaje de casos persiste hasta la edad adulta
  • Desde 1970 se le identificó como un síndrome
  • Tiene tres presentaciones: de inatención, de hiperactividad e impulsividad y combinada. Ésta última en la mayoría de pacientes


Síntomas que pueden alertar del TDAH en los niños:

  • Distraerse fácilmente
  • Olvidar las cosas con frecuencia
  • Cambiar rápidamente de una actividad a otra
  • Tener problemas para seguir instrucciones
  • Soñar despiertos/fantasear demasiado
  • Tener problemas para terminar la tarea y los quehaceres domésticos
  • Perder juguetes, libros y útiles escolares con frecuencia
  • Estar muy inquietos
  • Hablar sin parar e interrumpir a las personas
  • Corretear mucho
  • Tocar todo lo que ven
  • Tener problemas para controlar sus emociones


Tratamiento
Es multimodal a la medida de cada paciente
Fuente: Leonardo De Benito Avendaño, especialista en Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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