Las personas guardan su distancia en la fila. Todos con cubrebocas y aceptando el gel antibacterial después de recibir su cambio.
Sobre la avenida Juárez de Torreón, el negocio luce en orden y la señalética es clara, incluso la empleada toma los números telefónicos de los clientes más viejos y pide que si pueden surtan más café pues en pocos días el negocio cerrará.
Ante las bajas en las ventas, que reportan caídas hasta de un 50 por ciento, los propietarios de esta distribuidora de café decidieron darle una remodelación al local aprovechando el distanciamiento social.
"Yo soy empleada, no soy dueña, trabajo para Gesol, entonces aquí estaban hace tiempo buscando la manera de pausar para hacer un cambio. Se autorizó la remodelación y probablemente en unos días van a cerrar y por eso se le avisa a los clientes que no se cierra por la crisis económica que genera la pandemia", explica Claudia Macías.
El pulso con los clientes lo conoce. Casi todos son adultos mayores que tienen en mente que deben cuidarse. Algunos incluso le cuentan a ella que tienen algo a favor; un sistema inmunológico fuerte y que es el café el antídoto que los anima todos los días.
Al terminar con el cliente, Claudia le recoge 166 pesos de la venta y lo despide con un "que Dios me los bendiga". Enseguida atiende a una señora, a la cual, en tono amistoso le recuerda que ahora no se pueden saludar, pero que recuerde que están bien.
La señora responde, que con sana distancia, llegó por un medio kilo pero, que se lo ponga en dos partes.
"Apenas comenzaba a levantarse y otra vez vamos al confinamiento, de marzo a septiembre bajaron mucho, como un 70 por ciento las ventas, y luego de septiembre a octubre que abrieron los restaurantes se compuso un poco, y ahorita nuevamente están cerrando. Como tengo clientes de Gómez y de Lerdo que son de hoteles, son clientes fijos de hace muchos años en el ramo de alimentos y restaurantero, pero como están limitados han dejado de comprar café; varios restaurantes están cerrados y unos de plano ya no abrieron".
Los clientes sin negocio son de acudir cada semana por su café, Claudia dice que tienen muchísimos años con ellos y la presencia del covid-19 sí los limita.
"La pandemia sí nos afectó porque muchísima gente dejó de venir. Ella por ejemplo es de cada semana y tenía dos meses que no venía, es doña Adelita. Si le viste el temor en la cara, es porque al principio su familia no la ha de haber dejado salir, pero este negocio es tradición, de muchísimos años.
"Muchos clientes que son asiduos han dejado de venir y tenemos a muchos clientes de Gómez que no tienen carro para venir, es muchísima gente, el limitar el transporte creo que fue una medida ya desesperada porque muchos dicen todavía que el covid es una mentira y no es posible. Hay mucha gente que no cree, se toman medidas drásticas y pagan justos por pecadores".
Es por ello que Claudia acotó, la pausa bajará bajará el estrés. Y con una nueva vista será más atractivo el negocio y podrá atraer a sus clientes de toda la vida y a otros que tengan amor por el café.
EGO