Las niñas y niños que integran el Semillero Creativo de Circo de Gómez Palacio están en la Ciudad de México para presentarse el próximo 7 de diciembre en el espectáculo “Tengo un Sueño, el concierto”, que se realizará a las 19:00 horas en el Auditorio Nacional.
Ellos se presentarán con la pieza escénica Madre Tierra, que pone énfasis en un tema ambiental y al mismo tiempo celebra a Beethoven al utilizar pasajes de la Sexta y Novena Sinfonía.
Se espera su transmisión en el Canal 22 en tanto que los asistentes podrán obtener un boleto a cambio de un juguete. El acopio se entregará a los niños de Guerrero.
Sus maestros Fonzi y Clau, en entrevista para MILENIO, indicaron que el esfuerzo de sus chicos ha sido premiado, y por dos años han sido invitados por el gobierno de la República a través de la Secretaría de Cultura.
“Otra vez fuimos seleccionados para irnos a México y estamos bien emocionados, ha sido un proceso estresante pero muy bonito: las chicas y los chicos súper emocionados, van chicos que fueron en el 2019 pero otros no y eso está bien padre”, comentó Clau.
Durante el año anterior la pandemia obligó durante casi un año completo al confinamiento y eso repercutió en el entrenamiento de los menores.
Fonzi dijo que fue complicado el enfrentar ese aspecto pero en realidad vivieron un proceso de adaptación muy divertido.
“En el 2020 que se estaba viendo que la pandemia estaba iniciando y se estaba hablando de lo que se iba a hacer, cuáles eran las posibilidades de continuar con la mejor estrategia para adecuarnos. Nosotros dijimos que muy probablemente tendríamos que suspender actividades pero el entrenamiento no podría parar porque las niñas y los niños lo necesitan y finalmente es un espacio que disfrutan mucho porque es un lugar donde no solamente van a practicar sino que es un lugar en el que van a ser libres”, dijo Fonzi.
Planes de entrenamiento
La pandemia alejó a las personas pero Clau y Fonzi diseñaron algunos planes de entrenamiento personalizados de acuerdo a la disciplina de cada alumno que estudia con ellos.
Así continuaron con su acondicionamiento físico que, permitió avanzar en las técnicas circenses, compartiendo los instrumentos del espectáculo.
En cuanto a los actos aéreos y los ejercicios un poco más demandantes y que implican un mayor riesgo, Fonzi comentó que éstos se tuvieron que suspender pen sando en la seguridad de sus muchachos. Y fue así como se subieron a las plataformas cibernéticas para propiciar el encuentro.
“Cuando empezamos a trabajar en esta modalidad virtual descubrimos que las niñas y niños se podían acostumbrar a eso y empezamos a avanzar y eran una locura las sesiones virtuales, viendo que en sus casas estaban parados de cabeza, contorsiones o malabares, y vimos que dio resultado esta parte del entrenamiento y a pesar de las condiciones tan complicadas encontramos la manera de seguir adelante. Ya cuando nos permitieron regresar este año de manera presencial, fue muy bonito y pudimos ver qué a pesar del tiempo y de todo si hubo un avance y hubo niñas y niños que pudieron adquirir nuevas habilidades”, estableció el maestro.
Así y aunque se detalla que hubo algunas habilidades que no se pudieron practicar y desarrollar la pandemia no implicó un tiempo perdido por lo que ahora vislumbran nuevos retos.
Clau afirma que el proceso creativo fue distinto pero los hizo crecer como para presentarse en el espectáculo.
“Nos pusimos a entrenar”
“Estábamos sin condición, la mayoría porque no es lo mismo estar en casa que haciendo aéreos pero por ejemplo esto de ‘Tengo un sueño, el concierto’, nos hizo avanzar un chorro en tres meses porque nos pusimos a entrenar bien fuerte con las niñas que, aún no sabemos si van a participar en aéreo por las alturas y la seguridad, pero más allá de que si participamos en aéreos fue muy bonito que hayan crecido en este tiempo y que hayan adquirido tanta fuerza y tantas habilidades”.
En retrospectiva, estos artistas no sólo lograron mantener unido a su grupo sino que también integraron a las mamás de los niños, lo que permitió un ejercicio interesante y provechoso, pues han sido parte del espectáculo.
“Estuvo súper padre porque cuando volvimos a las clases presenciales las mamás ya también pedían actividad física, estuvo padre porque como no regresamos todos los días, cuando no veíamos con los niños las mamás nos pidieron que viniéramos con ellas y les dábamos clases de aeróbics”, acotó Clau.
aarp