El gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, dijo que el homicidio del alcalde de Pungarabato, Ambrosio Soto Duarte, se debe tratar como un tema de seguridad y no permitir se politice como apuntó el mandatario de Michoacán, Silvano Aureoles.
"Tras una plática con el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, llegams al acuerdo de tratar el asunto como un tema de seguridad, no permitir que se le dé un manejo político".
Al encabezar la sesión ordinaria del Consejo Estatal de Protección Civil, los asistentes guardaron un minuto de silencio en memoria del primer edil asesinado la noche del sábado, el mandatario confirmó que habló con la procuradora General de la República, Arely Gómez, para la atracción del homicidio del alcalde y su escolta.
Reveló que el fiscal General de Justicia del estado, Javier Olea Peláez se trasladó hacia Michoacán para trabajar de manera conjunta con su similar para escalera el homicidio.
Astudillo Flores sostuvo que se espera que con la intervención de la PGR y la coadyuvancia de ambos estados, haya condiciones para llegar a la verdad de los hechos, lo que pasa necesariamente por identificar, sancionar y detener a los responsables.
El gobierno de Guerrero confirmó que el cuerpo de Ambrosio Soto Duarte fue trasladado sin que personal especializado realizara las diligencias de ley, que la emboscada se preparó con mucho tiempo de anticipación y que en la confrontación los agresores utilizaron un Barret, un rifle calibre 50 utilizado para romper blindaje de alta resistencia.
El gobernador, Héctor Astudillo, señaló que por circunstancias que aún desconoce, tras el atentado del sábado por la noche, el personal de servicios periciales del estado de Michoacán no llegó a la zona del enfrentamiento.
Por esa razón, dijo que el cadáver del primer edil y su chofer fueron trasladados hacia Pungarabato sin que se les realizaran las diligencias de rigor, tampoco se les practicó la necropsia de rigor.
La emboscada, de acuerdo con el Ejecutivo local no fue una acción furtiva, se preparó con mucho tiempo de anticipación, lo que deja claro que los movimientos del primer edil eran vigilados de manera permanente por sus agresores.
En el hecho se utilizaron armas de alto poder, incluso, entre las piezas abandonadas se encontró un rifle calibre 50, mismo que se utiliza para destruir blindaje de alta resistencia.
Lamentablemente, dijo, Soto Duarte de manera extraña se colocó en una ruta peligrosa, controlada por sus agresores y con solo una parte de su escolta.
"Que la agresión se cometiera pese a que Soto Duarte estaba acompañado de cuatro elementos de la Policía Federal (PF), deja en claro que cada uno de sus pasos era vigilado por los grupos que lo amenazaban".
REPL