Cualquier conglomeración de gente parece ser una buena oportunidad para el ambulantaje, que este sábado no dejó pasar la inauguración de la Feria Internacional del Libro (FIL) para explotar la venta de diversos artículos sobre la vía pública, entre estos, libros usados.
Instalados sobre la banqueta de Mariano Otero, cerca de una veintena de comerciantes informales "hicieron su agosto" principalmente con artesanías y alimentos de todo tipo, desde frituras hasta tortas, tamales y otros.
Entre esta gama de productos, un puesto en particular sobresalió, este, instalado en un tendido sobre el suelo de aproximadamente cuatro metros de largo y en el que se exhibieron libros de segunda mano con diversos títulos literarios a un costo mucho más bajo de lo que se ofrece al interior de la FIL.
Los precios iban de los 30 a 150 pesos, según el vendedor "tanteara" el valor en que podía ofrecer los títulos de autores no tan codiciados como aquellos cuyas obras se venden como pan caliente al interior de la FIL.
Cabe señalar que los ambulantes se instalaron aproximadamente a 600 metros de las instalaciones de la Expo Guadalajara, de tal manera que parecían rehuir a cualquier encuentro con autoridades de Guadalajara, mismas que anunciaron entre semana un operativo para no permitir que las zonas aledañas al inmueble se convirtieran en un tianguis que hiciera más complicado el paso a los peatones, de tal forma que los comerciantes se colocaron en áreas que corresponden al municipio de Zapopan donde no fueron molestados por las autoridades.