Alexander Méndez vive en San Luis Potosí, tiene 13 años y desde los tres se convirtió en rescatista de perritos y gatos callejeros. Su primer rescate fue el de una perrita infestada de pulgas y desnutrida.
De la mano de su cuidadora, el menor había salido a la tienda cuando vio a la mascota tirada en la calle, por ello, decidió cargarla, llevársela a su casa y brindarle atención.
Así, "Nube" inspiró el amor perruno que llevó a Alexander a siempre estar acompañado de una manada de perros rescatados. En su casa les da un hogar temporal y luego les busca una familia.
“Siento que Nube, desde el cielo, cuando ve a un perrito que sufre mucho, que lo golpean o que está mal, pareciera como si me los mandara para yo protegerlos y darlos a una familia en donde los quieran”, contó Alexander entre lágrimas al recordar a Nube que murió el año pasado.
Actualmente, Alexander y su madre Karina Loredo tienen refugiados a 17 perros, nueve de ellos cachorros que nacieron de Petunia y Condesa, dos perras que rescataron y estaban preñadas.

Para poder solventar los gastos de los rescates, como proporcionar alimentos, medicina, esterilizaciones y consultas veterinarias, Alexander y su mamá comenzaron a confeccionar camas, suéteres y ropa tanto para perros como para gatos.
"Cuando él me dijo 'quiero rescatar', le dije 'va, nomás (hay que tomar en cuenta) tus calificaciones y cómo vas a solventar los gastos', pero empezamos a fabricar y, a día de hoy, vamos a sacar un proyecto de camas de llanta", comentó Karina.
Los productos los llevan a vender los domingos al jardín de Tequis, en la capital de San Luis Potosí, donde, además, Alexander promueve las adopciones.
En conjunto con policías municipales, Alexander acude a las escuelas a dar pláticas de concientización contra el maltrato animal.
“La misión que tengo es seguir rescatando más perritos a los largo de mi vida y estar acomodándolos en todas las familias posibles”, dijo el niño rescatista.
El menor tiene una página de Facebook llamada “Alexander y su manada”, donde trasmite en vivo cuando rescata a las mascotas en situación de calle y comparte su labor social.
Su trabajo ya es reconocido por las autoridades municipales, con quienes asiste como voluntario a campañas de recuperación de espacios públicos y él aprovecha para buscar a perros y gatos abandonados, además de que gestiona vacunas y esterilizaciones.
Alexander estudia la secundaria y ya eligió su carrera universitaria, “quiero ser veterinario porque, aunque no tenga pacientes, sé que va a haber un perrito que esté enfermo en la calle y sé que yo lo tendría que ayudar”.
ROA