Ayer, el objetivo era sacar al menos a tres personas con vida del edificio que cayó en la esquina de Viaducto y Torreón. Ya los habían escuchado desde las 2 de la mañana a través de una tubería que los rescatistas introdujeron entre los escombros. Uno de ellos, contó uno de los voluntarios, se llamaba Felipe. No recuerda si le dijo su edad, pero sí que estaba con una mujer que también había respondido.
En tres, cuatro, ocasiones, los voluntarios junto con los soldados, marinos, bomberos y policías que trabajaban retirando escombros, hacían esa señal que nutría las esperanzas: pedir silencio para escuchar si alguna voz venía de debajo de las piedras.
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Tanto era el deseo de celebrar a un sobreviviente que desde las primeras horas de la mañana, una ambulancia de la Cruz Roja se estacionó a unos cuantos pasos del montículo de escombros, con las puertas abiertas, con el camino listo y los paramédicos dispuestos para recibir a cualquiera que saliera con vida.
Sin embargo, las ambulancias nunca encendieron las sirenas. Se quedaron esperando. Los cinco cuerpos que pudieron ser rescatados habían perdido la vida.
Los dos primeros salieron antes del mediodía. El movimiento de las camillas de mano en mano hacía pensar que podrían ser sobrevivientes, pero al salir cubiertos con la sábana blanca se apagaba toda esperanza.
Cerca de las 7 de la noche, después de que las grúas ayudaron a retirar hasta tres enormes bloques de concreto, salieron otros tres cuerpos y fueron recibidos por el Servicio Médico Forense.
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En tanto, las labores de rescate en la calle Escocia, en la colonia Del Valle, donde colapsaron dos edificios, continuaron pese a la lluvia para rescatar a las seis personas que se encuentran bajo los escombros.
Ismael Figueroa, secretario general del sindicato de Bomberos, detalló que se trata de dos edificios, uno de ellos de seis pisos y mil metros cuadrados, que colapsó por completo.