En una cifra “aproximada y cautelosa” se estima que más de 100 mil jóvenes están afiliados a pandillas en la zona metropolitana de León, Silao, Romita y San Francisco del Rincón; número que se incrementaría de manera considerable si se toman en cuentan las que hay en el municipio de Irapuato y Celaya reveló Jacobo Herrera Rodríguez, investigador de tiempo completo de la Universidad Guanajuato, campus León.
El también profesor de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, señaló que aunque no hay cifras concretas del número de pandillas en aquellos municipios, se cuenta con el dato de que en Celaya “se han detectado personas de pandillas Centroamericanas como la Mara Salvatrucha o MS (por sus siglas), porque es ruta que coincide con el tren de migrantes coloquialmente conocido como La Bestia”.
“Algunas de estas personas desisten de ir a los Estados Unidos y se quedan en aquella región de la entidad y en algunas ocasiones se diluyen y entran en actividades normales, pero en otras no, siguen con el espectro pandilleril y lo ejercen en el país”, añadió.
El investigador mencionó que para reintegrar a estos sectores de la población a la sociedad se deben aplicar programas a largo plazo, sin embargo, políticamente hablando, las iniciativas de integración operan a mediano plazo.
Expuso que lo que se busca es que los resultados se vean a corto plazo, para poder capitalizarlos políticamente, aunque aclaró que “sería viable vincularlas socialmente y que conserven algunas de las cosas que los caracterizan, marcando los espacios y códigos de convivencia para que ellos pudieran conservar su ente como cultura urbana, pero sin que fuera necesario que desaparecieran”.
El profesor investigador de la UG, señaló que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), tienen datos que reflejan que donde hay proliferación de pandillas es en zonas donde hay un alto rezago educativo, que está muy debajo de la media nacional, estatal y municipal y un ingreso promedio bastante precario.
Herrera Rodríguez, consideró que no todo está perdido en el tema de las pandillas, pero tampoco se ven soluciones a corto plazo, afirmar “eso sería vender humo blanco, porque son proyectos de largo plazo que podrían dar resultados en 10 o 15 años, la cuestión es ponerse a trabajar ya”.
Destacó la importancia de que los datos de los investigadores se compartan con la comunidad política, de líderes sociales y empresariales para que haya una retroalimentación que los involucre, pero partiendo de esa verdad “que resultados en corto plazo no lo vamos a ver”.